Evasión de Martón y victoria
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Javi Martón se estrena con el Athletic y Ernesto Valverde y el equipo se rinden a él: "Ya veremos si sale"
A un tris de cerrarse el mercado de invierno para el Athletic Club, Ernesto Valverde decidió jugar con fuego en la Europa League. Tentar a la suerte, que cantaba Barricada. Tirar una piedra contra su propio tejado. "Quién me mandaría" Sí. Quién le mandaría a él. Tal vez porque recordaba lo sucedido con Iñigo Vicente y Ander Capa. Que no le echaran en cara no haberle dado minutos en la que podría ser su última comparecencia en San Mamés. La de Javi Martón, que suplió a Guruzeta a falta de un puñado de minutos.
Su entrada al campo, junto a Unai Gómez, tenía más pinta de ser hilo bala para amarrar la ventaja que ariete para ampliarla. A Txingurri [apreciación personal y metafórica] le salió el tiro por la culata.
Andaba Oihan Sancet haciendo de las suyas. Demostrando, en un jueves lluvioso, que su extraña lesión de tobillo era agua pasada. Pletórico. Retomando su estado de gracia donde lo había dejado.
“Ha resuelto esa jugada, como nos gustaría a todos, ha sido una gozada de gol” dijo Ernesto Valverde sobre la diana de Martón
De espaldas a la portería del guardameta [al que Oyarzabal señaló en su día por su gesto de apología al genocidio], uno de esos controles orientados que debería patentar para evitar ser plagiado. Una apertura al inmenso espacio que se había abierto en la banda derecha. Un desmarque de ruptura vertical que le posibilitó un cara a cara al que le faltó un final feliz.
Agonizaba el partido. El Athletic era segundo. Qué noche la de este día.
La 'grada norte', la que estaba de baja por afonía, había recuperado la voz. La 'conexión Williams' nos había regalado un 'gol de bufandas'. Dos temporadas después, Yeray Álvarez, dándole valor a la seda de la bota de Alex Berenguer, había recuperado las sensaciones de anotar con el Athletic. Con la cabeza, con el pelo, con el flequillo.
Mientras el VAR entraba de oficio, el central de Barakaldo recordaba con miedo no haber acudido a la cita que tenía con su peluquero. "No me volverá a pasar", musitaba al ver cómo el árbitro indicaba con su mano el centro del campo. Y cuando daba la impresión de que el partido no daba para más...
He ahí a Sancet. Pletórico. Guerrero que nunca baja los brazos. Bala feroz al centro del combate. Una batalla que, dada la escasa oposición del equipo checo, se libraba a campo abierto y como sin oposición. De ahí su arrancada brutal.
Saber jugar con el tiempo y el espacio. La pelota precisa, el momento perfecto. Ese en el que Martón le regala un desmarque de ruptura, vertical, sin incurrir en un fuera de juego innecesario. La pelota ya es suya. Por la izquierda progresa un compañero. No lo mira. No lo ve. Sólo tiene ojos para él. Tanto tiempo esperando...
El portero ha abandonado la portería. Bastantes metros, aún, por delante. Distancia que desecha. Tiene muy claro lo que hacer. Porque debe. Porque quiere. Siente que no es él, sino Aduriz instantes antes de volear a Ter Stegen aprovechando un servicio de Ander Capa desde la línea de fondo.
O como si Guruzeta fuera pero con los nombres cambiados. Hace falta valor. Frialdad. Calma. Calidad. Con la punta de su bota derecha engancha el balón por su parte inferior. "Dame un punto de apoyo y marcaré mi primer gol con el Athletic". 'De cuchara' dirán que fue marcado este gol maravilloso.
El que lo reconcilia con el fútbol. El que atrae multitudes a su lado. Son sus compañeros, que tanto lo quieren. Alguna persona en la grada a la que envía un mensaje de amor. Junto al banquillo, Ernesto Valverde no sabe si debería cerrar los puños, o sonreír, o llorar, o aplaudir, o agitar en rendición su pañuelo blanco en el nombre del goleador. Javi Martón.
Mientras en el vestuario sus compañeros le cantan, "Javi, en tu día, no dejamos de mandarte nuestro amor", Ernesto Valverde, callado, como si Martón lo hubiera puesto en un brete. O como si haberle dado la oportunidad de golear a un futbolista condenado por él al ostracismo hubiera supuesto tirar piedras contra su propio tejado.
• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista
Nico 🥶#UEL pic.twitter.com/Sb0flpJN5G
— UEFA Europa League (@EuropaLeague) January 30, 2025