Hay paralelismos con este Athletic Club de la 2024-25... Tan solo un partido perdió la Real Sociedad en la temporada 1979-80. La derrota la sufrió el cuadro de Atotxa en el Ramón Sánchez-Pizjuán, ante un Sevilla severamente primado por el Real Madrid, reincidente a la hora de 'estimular' a los rivales del Club donostiarra. Treinta y dos jornadas se mantuvo invicto el equipo entrenado por Alberto Ormaetxea.
De escándalo arbitral se habla tras el (2-2) 'padecido' en el Santiago Bernabéu por una Real que habría de tomarse cumplida venganza en las dos temporadas siguientes. Dos títulos ligueros culminados en el Molinón con aquel tanto histórico del genial Jesús Mari Zamora, y el (2-1) de Atotxa ante un Athletic Club que hizo lo posible para sumarse a la fiesta del campeón.
Cuarenta y tres años después, la Real Sociedad de hoy no es ni sombra de lo que era tras haber decidido vender su alma al diablo a cambio de un 'reclutamiento internacional' capaz de calarse del espíritu de Zubieta tras un mes compartiendo vestuario con las perlas de la cantera txuri urdin.
Tras sus dos entorchados ligueros, el Athletic de Javier Clemente le tomaría el relevo consumando un 'dos de dos' más la 'Copa del Bernabéu' conquistada con sudor y sangre ante un FC Barcelona diestro en el deporte de patear leones a la altura de la boca. Ha llovido. Ha nevado. Frío y calor.
Tras un inicio titubeante, una victoria, un empate, dos derrotas, 'Las Palmas' empezaron a echar humo en el estadio de Gran Canaria [2 - 3]. Cuatro jornadas después, el Athletic caería en Montilivi de mala manera, desperdiciando tres penaltis y poniéndoles a los de Michel la victoria 'a huevo' con el 'infantil e infinito' agarrón de Paredes a su 'marca'.
Dolió mucho aquella derrota. Porque la acción del central de Arrigorriaga bien podría calificarse de 'prevaricadora'. De 'prevaricación': actuar a sabiendas de que tu proceder se sitúa fuera de la ley que en el fútbol se llama 'reglamento'. El empate estaba atado. El 'americano' deshizo el nudo a sabiendas de que dejaba a su equipo desmadejado.
La derrota ante el Girona sería la tercera y última en una liga muy propicia para el 'Batallón Vasco' del comandante Ernesto 'Che' Txingurri.
Atrás quedaba la derrota (2-1) en la montaña de Montjuic, y el segundo tropiezo, como si adrede, ante el Atlético de Madrid del 'inquietante' Diego Pablo Simeone. Diecisiete comparecencias seguidas sin el sopapo de la derrota. Tres caídas que, de no haber mediado negligencia y/o prevaricación, habrían colocado al Athletic al nivel de aquella Real Sociedad de [1979 - 1980] que tan sólo cayó en 'Nervion'.
Penúltima jornada, azotado por el látigo que alguien le había prestado a Daniel 'Petete' Bertoni, semanas más tarde de haber cedido un empate en Chamartín atado de pies y manos por un árbitro al que le perdía el merengue de las carolinas y los pasteles de montaña.
Luego de 25 jornadas, el Athletic acumula 13 victorias, 9 empates y tres derrotas. De estas tres ultimas pérdidas, cuentas habría que pedir a Nico Williams.
En efecto. Cuando, a partido consumado, para Simeone era oro molido el empate [0 - 0] de San Mamés, el 'cohete de ébano' de Asís Martín decidió trazar un pase horizontal silbando sobre la última línea que marcaban los zagueros. Temerario. Improductivo. Riesgo evitable que Nico Williams decidió no respetar.
A la altura de la medular, con su vigilante empeñado en cerrarle el paso, no más, entendió que era cosa buena tentar a la suerte. Silbó la pelota ante las narices de Correa. El 'angelito' le siguió la pista al balón. A partir de ahí, se trataba de buscar una cabeza de turco que liberara de la trena al promotor del 'delito'. En la calle, sin cargos, Nico no fue capaz de declarar a favor de Lekue, sobre el que, como es habitual, llovió todo lo caído en la leyenda de Sodoma y Gomorra.
A estas alturas de la película de la liga, a nada que Nico hubiera colocado aquel último esférico en el área colchonera, y Paredes no hubiera cometido un penalti 'a sabiendas', con dos puntos ganados en buena lid, el Athletic tan solo habría cedido ante el FC Barcelona.
Única derrota, oiga. Un campeonato de cine a las puertas del Metropolitano. Con 50 puntos en el casillero. A tres de los 'colchoneros'. A cuatro del Real Madrid, y el FC Barcelona, que comandaría la liga con ese miedo en el cuerpo que contagian los de Txingurri cuando Dani Vivian enciende la mecha.
La pólvora de Jauregizar. La dinamita de Oihan Sancet. Los Williams, haciendo estragos. Berenguer, 'Vito', Vesubio. Guruzeta, guiando al 'Elefante africano'. Otro mundo. Otro universo. El resurgimiento de la vida-liga según el Athletic.
• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista