El bólido del Athletic lleva un pinchazo desde noviembre en la Grada de Animación

Seguro que los aficionados del Real Valladolid desplazados a San Mamés, que piden a sus futbolistas que les sufraguen el viaje a Bilbao tras el doloroso (7-1) recibido, sin duda que alucinan viendo como el entorno del Athletic Club tan solo suspira actualmente porque el conflicto de la Grada Popular de Animación amaine y las aguas vuelvan a su cauce. Y es que no hay quien lo entienda: huelga parcial, huelga, no huelga, megáfonos, 'actores', pintadas, comunicados,... Imaginen a los pucelanos oyendo varias pitadas tremendas y no dirigidas a Ronaldo 'El Gordo' cuando te están metiendo 7 (y no 10 por Hein)...

Viviendo la tropa de Ernesto Valverde una temporada que puede ser realmente histórica, y ya lo es de hecho en cuanto a números y sensaciones, parece inexplicable que el ambiente esté tan enturbiado por una disputa que ya va demasiado lejos y que hace daño a todo el conjunto de la 'familia athleticzale'.

Cuando se habla de las opciones de ganar LaLiga 41 años después, de entrar sí o sí en la Champions, de poder alzar en casa la deseada UEFA Europa League, se cuela en esa rendija de actualidad constantemente el sonado problema que se vive en San Mamés.

Nacido más o menos en el mes de noviembre, se ha ido estirando hasta marzo y hace peligrar las opciones de que el año 2025 vuelva a ver la gabarra navegar por la ría de Bilbao.

Todo el mundo está de acuerdo en que el Athletic es mucho más fuerte cuando está unido

Pero lejos de frases floridas y ceremoniales, el pulso entre la directiva de Jon Uriarte, quien ha sufrido pintadas y ataques personales lamentables, con un sector de la Herri Harmaila deja poco más o menos que atónito a cualquier persona que se asome al Athletic atraído por su "filosofía única en el mundo" y pensando que ahora mismo todo es felicidad, sueños y buen rollo en Bilbao.

Los últimos partidos ante el Girona y el Valladolid, lejos de despejar incógnitas, trufados de comunicados y de decálogos por ambas partes, se han saldado con silbidos, enfrentamientos con peinetas y cortes de manga, insultos y una sensación de que la reuniones de cocina de momento no han avanzado demasiado. Es más, todo lo contrario, ya que incluso grupos como Euskal Lions también parecen haberle dejado un recado a la directiva de Jon Uriarte.

Una vez más, más allá de línea rojas, como la del respeto, que sin duda es un axioma básico, habrá que solicitar a las partes cocina y acercamiento, porque solo faltaría que cuando el jueves 13 de marzo se resuelva la eliminatoria ante esa locomotora que es ahora mismo la AS Roma de Claudio Ranieri se hable tanto o más del lío de la grada de animación que de la eliminatoria ante los italianos. ¿No seremos capaces?