El Atlético mamonea en Cornellá y se lleva una lección

"Actuar con interés y torpeza, intentando conseguir beneficio sin esfuerzo". Así define la RAE el término mamonear. Y eso fue lo que hizo el Atlético de Madrid en su visita al RCD Espanyol: se puso 0-3, perdonó el 0-4 y el 1-4 en varias acciones y no acabó perdiendo el partido de manera peligrosa. De tener el partido ganado a que se lo empataran en cuestión de 15 minutos. Y casi que tiene que dar las gracias.

La lección es evidente: el Espanyol estaba volcado, con todo arriba, sin nada que perder con ese 0-3 en el marcador. Al fútbol ganaba el Atleti, así que el cuadro perico decidió jugar a la pasión, al otro fútbol, a la locura. Empezó a sumar, sumar y sumar jugadores en campo contrario, colgando centros con hasta seis o siete rematadores en el área. Y encontró su premio: el primero de César Montes, el segundo de Joselu de penalti, el tercero de Vini Souza con todo el equipo volcado.

Antes del 2-3, por cierto, Griezmann perdonó dos veces el 1-4. Ese perdón, ese mamoneo, es lo que acabó costando dos puntos al Atlético, que pierde la segunda plaza y se jugará la tercera, que da derecho a jugar la Supercopa de España, el próximo miércoles ante la Real Sociedad.

En el camino, por cierto, otro buen partido de Saúl, marcando el 0-1 tras una asistencia maravillosa de Mario Hermoso. Y de Griezmann, que debió marcar el cuarto antes de la locura, y Carrasco, que se asoció de maravilla con el francés en todas las acciones ofensivas. No bastó.