"Aceptando un mal partido y sabiendo que tenemos un gran equipo" asumen el Atlético de Madrid y Diego Pablo Simeone el ruidoso golpetazo sufrido contra el Valencia, del 0-7 triunfal de su última salida en Vallecas al batacazo del 3-0 en Mestalla, mientras asoma la Lazio en la Liga de Campeones y sobrevuelan los miedos del recuerdo de la pasada temporada, cuando el conjunto rojiblanco naufragó hasta el mes de diciembre.
"Enfadado no estoy para nada. Estoy tranquilo. Sé los futbolistas que tengo, sé el grupo que hay en el vestuario, pero hay que aceptar cuando el equipo hace un mal partido, porque es la mejor manera de poder crecer", proclamó el técnico argentino minutos después de la recaída contra el Valencia, que había perdido sus dos últimos encuentros y que no ganaba al conjunto rojiblanco desde 2014, hasta este sábado, con el 3-0.
Un accidente cuya dimensión la determinará sus partidos más inmediatos. La concentración de hasta seis encuentros en las próximas tres semanas, con la Lazio el próximo martes, en el estreno en la máxima competición europea (el curso pasado, el Atlético quedó fuera de Europa en la fase de grupos); el Real Madrid el domingo siguiente; Osasuna, cuatro días después; el Cádiz, el 1 de octubre; el Feyenoord, el miércoles 4; y la Real Sociedad, por ese orden.
"Sé que el equipo se va a levantar", avanzó Jan Oblak instantes después del 3-0 en declaraciones a Movistar a pie de campo. "En el fútbol, cada partido es un mundo. La jornada anterior ganamos 7-0, ésta perdemos 3-0 y el fútbol es así. No hay tiempo de lamentarse ni para pensar, porque en pocos días tenemos otro partido", apuntó después Marcos Llorente.
En Valencia, el Atlético retrocedió diez meses. A octubre del año pasado. Fue de nuevo aquel equipo al que le faltó intensidad, empuje, precisión, fútbol, contundencia y tantos aspectos tan cruciales en el fútbol en el primer tramo de la pasada campaña, dentro de una crisis de identidad que lo puso todo en duda en los primeros compases del curso. Un chollo en defensa, previsible en ataque, sin mordiente ni eficacia, doblegado por su rival con la rotundidad de los goles, sin capacidad para remontar a nadie, como le ocurrió en Mestalla.
En el naufragio colectivo, inexcusable, tampoco apenas nadie se salvó individualmente, mucho menos la defensa, la esencia de este Atlético desde que lo agarró Simeone en posiciones menores de la clasificación a finales del año 2011. Vulnerable en cada contragolpe, tarde en cada lance, sobrepasado en cada disputa, por intensidad, por colocación, por intuición y por intención, fue por detrás desde el minuto 5 hasta el final.
Un reflejo de tiempos pasados, aparentemente superados por la reacción desde el Mundial de Qatar 2022 en adelante, pero que aparecen porque son recientes, porque son una advertencia nítida, que dañó entonces al Atlético, y porque el propio equipo ha alertado contra ello, contra las primeras 14 jornadas de la pasada campaña, más la infame fase de grupos de la Liga de Campeones 2022-23, con una sola victoria de seis posibles.
En aquel tramo, el Atlético sumó 21 de los 42 puntos en juego a lo largo de los catorce primeros capítulos de la Liga, con un bajón especialmente visible desde mediados de octubre hasta mediados de noviembre, cuando llegó el parón para el Mundial. En aquel momento, el Atlético enlazó cuatro jornadas sin ganar: 1-1 contra el Rayo Vallecano, 3-2 contra el Cádiz, 1-1 contra el Espanyol y 1-0 contra el Mallorca. Es un aviso latente.
En tres de sus cuatro derrotas de aquellas primeras 14 jornadas (0-2 con el Villarreal, 1-2 con el Real Madrid, 3-2 con el Cádiz y 1-0 con el Mallorca), recibió al menos un gol antes del minuto 20, como le ocurrió este sábado en Mestalla, donde perdía por 1-0 en el 5, por el gol de Hugo Duro, para enfatizar la dificultad de remontada que tiene el Atlético en los últimos tiempos. Nunca levantó un marcador adverso en ese tramo.
Y en toda la Liga pasada, una vez: 3-1 al Mallorca. Pero entonces, el 26 de abril pasado, ya había reaccionado de su decepcionante inicio, que lo apartó a toda velocidad de la pugna por el campeonato.
Porque en la segunda parte de la campaña, cuando alcanzó 50 puntos, los mismos que el campeón, el Barcelona, el conjunto rojiblanco sólo fue por detrás en el marcador en ese citado duelo en el Metropolitano.
En el primer tramo, cuando encajó primero siempre perdió. En el segundo, apenas lo permitió: ganó 16 de sus 24 partidos y empató cinco.
"Nosotros, a mirarnos al espejo, cada uno sabe que puede dar mucho más de lo que ha dado, incluido yo. Nos quedan muchísimos partidos hasta el final, ahora tenemos un encuentro de Champions, tenemos que levantarnos y entrar con mucha más intensidad", expuso Jan Oblak, capitán del Atlético en Mestalla.
Ya aparecen, inminentes, el Lazio y la Liga de Campeones, en la que su equipo sólo ha ganado seis de sus últimos 25 partidos y en la que el pasado curso cayó eliminado en la primera fase. Otro aviso para el Atlético.