Salvados

José Grima ||| SanlúcarEl recuerdo a Ramón Blanco conmovió los intantes previos al comienzo del partido. Ante un millar de seguidores amarillos, El Palmar se engalanaba para recibir al Cádiz, y rendir homenaje al ex jugador de ambos conjuntos.

La apuesta de Raúl Agné era arriesgada. Dos delanteros: Peragón y Belencoso, y ausencias de Domingo, Pablo y Carlos Álvarez.

Lo cierto es que le salió bien, porque apenas se llevaban cuatro minutos del partido cuando una jugada de ambos acabó con un lanzamiento del madrileño, que rechazó Fran, y aprovechó Peragón para poner el 0-1.
A partir de ahí el Cádiz tuvo claras ocasiones para poder esentenciar. Tomás, Peragón, Villar... Todos recordaron al Cádiz de jornadas anteriores haciendo complicado lo fácil y poco fácil lo muy fácil.
En la primera parte los de Pedro Buenaventura tuvieron dos acciones, una primera en un remate de Romerito a manos de Aulestia, y cinco minutos antes del descanso con un centro de Óscar Silva que Josete se tuvo que comprometer en exceso para despejar a córner.
La reanudación no iba a tener el mismo guión. Villar se quedaba en el vestuario y entraba Pablo Sánchez. Casualidad o no, el Sanluqueño se fue arriba acorralando a un Cádiz cuya camiseta empezaba a pesar toneladas. A un solitario tiro de Peragón que detuvo Fran para el 0-2, se sucedieron una serie de ocasiones claras paras los locales que rozaron el empate en un centro de Salvi que Espinar solo mandó fuera, y una falta lateral de Salvi que se paseó hasta encontrar un remate en el segundo palo que despejó Aulestia.
Cuando más se sufría, Raúl Agné introdujo a Carlos Álvarez por Roberto Peragón. Santa medicina. Un contragolpe de los amarillos acabó con un pase de Belencoso que el delantero asturiano en el segundo palo conseguía rematar a gol.
El partido ya quedó roto y sentenciado. Sin ninguna presión fue el Cádiz el que tranquilizó su juego y logró el 0-3 tras un centro de Pablo Sánchez que Belencoso cedió a Granell para marcar a falta de cinco minutos para el final. En el descuento Espinar pudo maquillar el resultado pero su tiro se marchó al larguero.
Adiós a una patética temporada sin necesidad de sufrimiento en el último partido.