Oasis en el descuento

Salvar un punto en el último minuto supo a victoria. El empate es el mismo que en Jaén, y el mismo que ante La Roda, pero hacerlo en la playa del Municipal de Marbella da un valor diferente.

No es que el Cádiz hiciera el mejor partido de la temporada, ni mucho menos que el encuentro en sí fuese bueno, pero al menos la casta mostrada en los últimos diez minutos de partido da una idea de lo que los amarillos tienen que hacer para ganar en este tipo de terrenos de juego.
Sinceramente el empate era lo más justo. El Marbella se adelantaba en la primera parte en un gol en fuera de juego de Añón, en un fallo garrafal de la defensa a la hora de despejar una falta en contra. Incluso en la reanudación el castigo pudo ser mayor si Aulestia no hubiese detenido un lanzamiento a bocajarro de Hermosa... A partir de ahí los locales hicieron el otro fútbol, el que se juega también en los aledaños del campo con recogepelotas que no dan balones, y acaban siendo retirados por el arbitraje; y también el fútbol que se juega con las pérdidas constantes de tiempo.
El Cádiz estaba desencajado, pero la entrada de Kike Márquez en el descanso dio otro aire. Pero hubo que verle las orejas al lobo para dar el paso al frente, y acabar con tres atrás y Garrido como delantero. Fue entonces cuando los cadistas crearon, arrinconaron al rival, empezaron a crear y lograron el gol del empate en el 94 obra de Airam Cabrera. Fue el único tiro entre los tres palos de todo el partido. Sin duda un oasis en medio del desierto.