La razón para abandonar el infierno
La realidad bajó al Cádiz CF a los infiernos. Carranza, los goles, la primera posición en la tabla, la plantilla, la buena salud deportiva que vive el club...Todo se fue al traste con la llegada al Municipal San Ignacio de Málaga. Alguno pudo haber tenido la sensación de volver a esos campos de divisiones juveniles. El Cádiz se encontraba de frente con la Segunda B más pura. Un barrio humilde, un campo diminuto y once hombres muriendo por cada balón como si fuera el último.
Pero a pesar del empate, el resultado tiene una lectura netamente positiva. El fin de este equipo es salir de aquí. Sin alguno tenía duda, el aficionado amarillo suspira por el otro fútbol. Por el que disfrutó tantos años en la élite. El Cádiz es la razón por la que los cadistas van al fúbol, pero el ascenso es el motivo para mantener la fe. Una fe, por cierto, un poco más reforzada tras tener un poco más cerca la clasificación para los 'play off'.
Y todo en un partido donde el fútbol del equipo local estuvo muy por encima de su posición en la tabla. Los paleños, a pesar de las dimensiones del terreno, optaban por manejar la bola con mucho criterio. El Cádiz, aunque sin mucho control, también tenía sus ocasiones. Pero aunque fabricaban llegadas, nunca consiguieron manejar los espacios de un terreno de juego con tal especiales condiciones.
Hoy el Cádiz se dejó dos puntos de forma justa. Casi certificó, de forma merecidad, el 'play off' de ascenso, y además, la realidad le puso en bandeja varios motivos para salir disparado hacia Segunda. Eso sí que sería de justicia para/con un club y una afición que ya merecen otra cosa.