Aketxe dispara las opciones de un Cádiz espectacular

El Cádiz ha dado el primer paso para acercarse al sueño del ascenso con una victoria valiosísima en el Carranza en un partido en el que ha sido muy superior al Tenerife. Un golazo de Aketxe le da ventaja para ir al Heliodoro con buenas sensaciones. Y pudo ser mejor, de no haber anulado el árbitro un gol legal de Aridane.

En el arranque del choque se veía al Tenerife teniendo más la pelota, algo que no suponía ninguna sorpresa. El Cádiz usaba sus armas habituales, sobre todo cayendo el juego en la banda izquierda, donde Brian doblaba a Álvaro García siempre que podía. Un buen centro del lateral  en el minuto seis estuvo a punto de ser rematado por Rubén Cruz, que era la gran sorpresa en el once cadista.
El Cádiz hacía una presión alta al Tenerife, al que le costaba salir con facilidad. La consigna estaba clara y por ahí venía la explicación de la sorprendente titularidad de Cruz en detrimento de Ortuño. Los de Cervera merodeaban el área canaria con acciones a balón parado. Aridane remató fuera en el minuto 11 un centro de Aketxe. 
Pasaban los minutos y el dominio era claro de los amarillos. Llegaba con facilidad por la izquierda y llegó a marcar de cabeza por medio de Aridane en el minuto 14, pero fue anulado por una presunta falta en ataque. Fue un mazazo para un equipo que se estaba comiendo a su rival, que en esos momentos ni siquiera cruzaba el centro del campo.
El acoso del Cádiz bajó en intensidad, pero seguía siendo el equipo con mayor verticalidad. En el minuto 23, un buen centro de Álvaro fue rematado alto por Salvi, que había hecho una buena diagonal. Acto seguido, Álvaro mandó el balón fuera en una buena jugada personal por su banda. El equipo se permitía el lujo de tocar el balón con cierta brillantez y velocidad. Sabía mover a su oponente y encontraba huecos con paciencia.
La intensidad cadista era superior y los robos eran constantes. Una pérdida de Vitolo a la media hora acabó con un disparo de Rubén Cruz desde el borde del área, demasiado centrado e inocente, en una buena ocasión. El equipo de Martí era una máquina de perder balones y parecía descentrado, pero el Cádiz en el primer tiempo no estaba siendo capaz de traducir en goles su juego. Bueno, sí había sido capaz pero el árbitro lo había anulado sin razón aparente.
El Tenerife tenía que parar el ritmo del partido y su guardameta, Dani Hernández, veía una amarilla por perder tiempo en el minuto 38. Ya en el tramo final del primer periodo al Cádiz le costaba más encontrar espacios para llegar. Los canarios acumulaban mucha gente por detrás de la pelota y el buen trabajo de recuperación de los cadistas no terminaba de tener frutos. Fue un primer tiempo cadista que no acabó con victoria por la enésima decisión arbitral controvertida.
La segunda parte comenzó con un buen disparo de Álvaro que tuvo que mandar a córner el cancerbero tinerfeñista. El esfuerzo físico del equipo había sido grande en el primer periodo, pero salió del vestuario enseñando de nuevo los dientes. El Tenerife en el primer tiempo no había inquietado a Cifuentes, pero ya a los 52 minutos Aridane tuvo que cruzarse ante una buena opción de Amath.
El panorama era similar pero, lógicamente, las fuerzas ya no eran las mismas y el Cádiz ya no podía presionar tan arriba. Se veía algún síntoma que el equipo empezaba a flaquear y la afición tomó el protagonismo con un ánimo que devolvió la fuerza a su equipo en un momento de dudas. Quedaba media hora para el final y volvía a reactivarse, pero le seguía faltando suerte. Un gran disparo de Salvi se estrelló en el palo cuando parecía que iba dentro.
El equipo se había venido arriba y la entrada de Abdullah por Salvi hacía que tuviera el balón constantemente. Faltaba el gol y lo puso Aketxe con un golazo excepcional desde larga distancia que sorprendió al portero del Tenerife. Era el justo premio a la superioridad local. Quedaban más de 20 minutos y había la duda de si Cervera mandaría defender la renta, pero no fue así. El partido se calentó por el resultado y se vieron varias acciones de poca deportividad, pero el escenario era el mismo.
Nada de meterse atrás para darle vida al rival. El Cádiz lo seguía intentando, sobre todo por la banda de Álvaro y el Tenerife parecía no reaccionar. Martí dio entrada a Lozano para tener más mordiente arriba, pero el balón seguía siendo amarillo y así el hondureño pasaba inadvertido. José Mari también probó fortuna desde fuera del área en el minuto 78, pero el balón se fue alto.
Cuando quedaban 10 minutos para el final daba la sensación de que estaba más cerca el segundo de los locales que el empate de los visitantes, pero nadie en el Carranza se confiaba. Faltaba el último esfuerzo y había inquietud porque un gol en contra echaba por tierra buena parte del trabajo. Lozano disparó fuera por poco en el minuto 87. Al final, con sufrimiento, se mantuvo el 1-0 y las opciones cadistas se disparan.