La séptima, para alcanzar la cima
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Siete victorias consecutivas. La gesta cadista parece no tener fin, aunque en este caso lo pasó mal en un partido donde perdió a dos jugadores más por lesiones. Se midió a un rival de mucho nivel, al que superó fundamentalmente en el primer tramo de la segunda parte. Mucho mérito de un equipo que no deja de crecer.
En el primer cuarto de hora, el Cádiz corrió detrás de la pelota sin cesar. El Barcelona B salió al campo con la firme intención de llevar la iniciativa y, guiado por Ruiz de Galarreta y Aleñá, tenía la posesión casi en exclusiva. El equipo de Cervera ejercía una presión alta, pero sin un resultado positivo.
El Cádiz sólo llegaba por la banda derecha a través de Salvi, pero la primera ocasión clara fue por la izquierda. Un centro tras una buena jugada de Álvaro acabó con un cabezazo fuera de Dani Romera. Corría el minuto 22 y la sensación es que iba a ser un partido muy complicado porque el filial azulgrana estaba demostrando un trato al balón muy por encima de la media en la categoría.
El equipo amarillo no sufría en exceso a pesar de las buenas formas de su oponente. Sólo un disparo de Aleñá había supuesto cierto peligro. El Cádiz era más vertical y Álvaro disparaba en el minuto 25 a las manos de Ortolá. Se echaba de menos a José Mari porque el roteño es un jugador esencial en la suma y en la resta y porque Álex Fernández aporta más en la mediapunta.
En el primer tiempo era un partido de mucha intensidad, pero de ritmo bajo. El desgaste cadista era grande para responder a la calidad barcelonista y se podía notar en la segunda parte, pero con el paso de los minutos iba teniendo más presencia en el campo de su rival y podía llegar un gol para facilitar las cosas.
Salvi disparó fuerte en el minuto 37 al centro de la portería en otra demostración de que el Cádiz no se lo pensaba mucho a la hora de buscar la portería de Ortolá. Fue un primer tiempo de dos estilos encontrados que se desconectaron mutuamente.
La segunda parte comenzaba con un dibujo similar, pero todo cambió en el minuto 49. Una gran acción de Álvaro García acabó en un centro en la zona de las dudas de Ortolá y ahí apareció Salvi para marcar el primero. El partido se puso donde quería el Cádiz y pudo incluso sentenciar en un penalti señalado sobre Salvi, pero Álex Fernández lo falló en el minuto 53. Su disparo no puso en muchos aprietos al guardameta culé, que lo detuvo con seguridad.
El equipo estaba encontrando los lunares en el sistema culé y estuvo a punto de hacer el segundo en un remate de Cruz a centro de Salvi. El Barcelona quería reaccionar metiendo a Cardona, pero se encontró con otro mazazo amarillo en una excepcional jugada del ataque amarillo. Carrillo, Salvi, Dani Romera y de nuevo el delantero de Murcia firmaron un golazo para marcar distancias.
Un partido que estaba en chino se había aclarado muchísimo y mejor que se puso cuando el colegiado pitó otro penalti por una dura entrada de Fali sobre Álvaro García y lo transformó Carrillo, que firmó un doblete en sus dos primeras intervenciones. La pena fue que se marchó lesionado en la siguiente acción.
El partido estaba encarrilado y aparentemente a salvo, pero el Barcelona B no había dicho su última palabra. Un gran centro de Ruiz de Galarreta acabó en gol en un remate doble de Cardona. El joven equipo azulgrana se veía capaz de, al menos, pelear por el partido y le ayudaba el hecho de que el Cádiz perdiera otro efectivo por lesión. Servando tampoco podía terminar y entraba Nico Hidalgo para jugar los últimos diez minutos.
La posesión volvía a ser de los visitantes y el Cádiz ya no tenía las piernas del primer tiempo, aunque sí contaba con el colchón de dos goles de diferencia. Las sensaciones eran de un gran bajón porque del 3-0 feliz se había pasado a un 3-1 y dos jugadores importantes en el banquillo. El Barcelona había olido la sangre y apretaba.
En los minutos finales el equipo amarillo demostró tener tablas para frenar las acometidas del Barcelona. Aleñá rozó el segundo con un gran disparo, pero la cosa quedó tal cual y el cadismo pudo cantar la séptima.