Empate insuficiente pero ilusionante
Un punto no saca al Cádiz de la miseria, pero contra el Sporting se vio un equipo que volvió a competir como en la pasada temporada. No le llegó para ganar por su falta de pegada, pero demostró que está en disposición de mejorar sus prestaciones. Fue un empate ilusionante.
El Cádiz comparecía con la gran novedad de ver por primera vez con la camiseta amarilla a Sergio Sánchez, que desde el inicio se le veía dando órdenes en defensa, imponiendo su veteranía. Al otro extremo del campo, en la delantera, estaba Manu Vallejo. El primer disparo fue del Sporting, en una falta lanzada por Carmona a las manos de Cifuentes.
Los gijoneses se acercaban con peligro. Álvaro Jiménez volvió a poner a prueba al portero cadista en el minuto 8 con otro lanzamiento lejano. El Cádiz respondió con un buen cabezazo de Garrido en un córner lanzado por Aketxe, pero Mariño se lució con una gran intervención. Los de Cervera creaban peligro a balón parado, aunque Jairo también enseñaba los colmillos demostrando de lo que es capaz conduciendo a la contra.
En el Sporting aparecían mucho Sousa y Lod dentro de un engranaje en el que se le daba un buen trato al balón, buscando la subida de los laterales. La posesión en el primer tiempo era mayoritariamente asturiana, aunque al Cádiz se le veía cómodo en ese escenario.
El primer gran susto se produjo en el minuto 29 en una acción en la que el balón acabó dentro de la portería de Cifuentes tras un remate de Djurdjevic. El asistente señaló fuera de juego e invalidó el gol en una jugada muy protestada porque, además, pudo haber mano previa de Correa dentro del área.
El juego no tenía mucho ritmo por las continuas interrupciones. Hay mucha brusquedad y el Cádiz se quedó sin Kecojevic por una lesión en el codo antes del descanso. En los últimos minutos se jugaba muy poco y el Cádiz quería golpear haciendo daño a la contra, pero siempre le fallaba el pase para crear auténtico peligro.
El Cádiz apretó y pisó el área del Sporting, pero la movilidad de su gente de arriba no le daba para tener ocasiones claras. Por momentos se echaba de menos tener una referencia clara arriba porque en algunas acciones no había nadie en el remate.
Con el paso de los minutos el Cádiz estaba más entonado y tuvo una ocasión muy clara en el minuto 52, cuando Jairo se quedó solo delante de Mariño, pero el balón le cayó a la pierna derecha y no pudo superarlo en su desesperada salida. Una jornada más, el equipo amarillo perdonaba lo imperdonable.
Cuando quedaba media hora para el final el Sporting ya no era ese equipo aseado del primer tiempo. Ya no tenía tanto la pelota ni daba sensación de peligro, pero creaba inquietud por tener gente de incuestionable nivel en la categoría.
Aketxe tuvo la oportunidad de disparar en movimiento en el minuto 68, pero le salió muy centrado. El partido se estaba abriendo por el cansancio, pero daba la impresión de que el Cádiz lo tenía bajo control. Daba la sensación de que al Sporting le servía el punto para aplacar su crisis y eran los locales los que tenían que exponer en busca de una victoria muy necesaria.
Salvi salió y Cervera lo ubicó como delantero puro. Ahí entraba muy poco en contacto con el balón, pero en el minuto 81 tuvo una ocasión con un remate con la izquierda a la media vuelta, pero fue un disparo sin peligro. Tuvo mucho más uno del sportinguista Sousa en el minuto 86, pero Cifuentes evitó el gol.
En el tramo final el equipo estuvo llevado en volandas por una afición que quería algo más que el empate, pero el gol no llegó. Al menos se ve que éste es el camino, el de mantener la puerta a cero. Falta la suerte suprema, pero debe llegar.