La Segunda B, un mercado potable para el Cádiz
El fichaje de Caye Quintana es oficial desde el pasado fin de semana y supone una apuesta en firme por un jugador que la pasada campaña actuaba en Segunda B. Se trata de un mercado que viene siendo útil para el Cádiz y para otros equipos, que ya no tienen prejuicios a la hora de buscar futbolistas en la categoría de bronce del fútbol nacional.
El equipo amarillo tiene una buena experiencia reciente con diferentes jugadores. El más reciente es Jairo Izquierdo, que aunque la pasada campaña llegó cedido por el Girona, donde explotó fue en el Extremadura, en Segunda B, siendo una pieza clave en el ascenso del conjunto de Almendralejo.
Ha habido casos opuestos como el de Eneko Jauregui, que fue fichado del filial de la Real Sociedad en la categoría de bronce y no ha llegado a romper ni en el Córdoba ni en el Levante, los dos equipos en los que ha sido cedido por el conjunto amarillo.
Estando en LaLiga 1l2l3, el Cádiz miró hacia abajo y buscó en Segunda B a jugadores como Marcos Mauro, Dani Romera, Nico Hidalgo, Brian Oliván, Alberto Perea, Moha Traoré o Aitor García. En la mayoría de los casos no notaron el salto de categoría y rindieron a un buen nivel desde un primer momento, que es lo que se espera que suceda con el jugador llegado del Recreativo de Huelva.
Un caso distinto es de los fichajes que realizó el Cádiz mientras que militaba en Segunda B de esa misma categoría y que después han rendido bien en la categoría de plata, como por ejemplo Aridane, que este año ha conseguido el ascenso a LaLiga Santander con el Osasuna. Salvi, que llegó del Villanovense, también ha demostrado que puede ser desequilibrante en Segunda A y hay que destacar la buena actuación de otros como Garrido, que llegó del Barakaldo.
