La Torre de Preferencia: 16 años del adiós a uno de los símbolos de Carranza

"Carranza no es, sin más, el nombre de un estadio", decía Juan Carlos Aragón. Una frase cargada de verdad, pues Carranza va más allá. Es la casa de un sentimiento que radica en lo más profundo de todo cadista, un lugar cargado de simbolismo, que lleva viendo a su Cádiz CF desde la década de los 50. Pero en los últimos años, el estadio ha sufrido cambios significativos para adaptarse a los nuevos tiempos que corren, lo que provocó el derrumbe de la emblemática Torre de Preferencia. Un acto que este martes 1 de octubre cumple 16 años.

Si los aficionados del Cádiz tuviesen que elegir el elemento más simbólico y representativo del vetusto Carranza, a buen seguro todos coincidirían en su respuesta: la Torre de Preferencia. Una espectacular atalaya de 30 metros de altura sobre la que se situaba el marcador, la cual fue testigo de la historia del club durante más de 48 años. Hasta que en septiembre de 2003, el club dio paso a la remodelación del antiguo Carranza. Eso sí, se decidió que el emotivo derribo de la grada de Preferencia se dejaría para el final. Pero ella, la torre, no estaba dispuesta a dejar a su Cádiz.

Llegó el día señalado, la grúa que se había contratado para demoler el simbólico icono cadista ya estaba preparada en los aledaños de Carranza. La torre no podía volarse desde abajo, sino que debía ser destruida, poco a poco, desde arriba. Pero la grúa en cuestión no alcanzaba la cima de la torre, y sus continuos ataques desencadenaron en una serie de infructuosos intentos por conseguir su cometido. La Torre de Preferencia resistió, y pudo ser testigo del triunfo de su Cádiz contra el Rayo Vallecano ese mismo fin de semana. El gol de Jonathan Sesma le daba los tres puntos al cuadro amarillo, y pasaba a la historia por ser el último tanto anotado en Carranza con la atalaya cadista en pie.

Apenas unos días después del partido, una nueva grúa de mayor tamaño, cumplió con lo prometido y derribó tan preciado símbolo, convirtiendo en un montón de escombros ese icono que aún vive en el corazón de la siempre fiel hinchada cadista.