Kichi se rebela contra la 'gordofobia' por su nueva imagen
Los comentarios negativos sobre su nuevo aspecto físico han colmado la paciencia del alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, que se ha despachado en sus redes sociales contra la ‘gordofobia’. Una postura excluyente, señala, que tiene “componentes de odio, como lo tienen la misoginia, el machismo, la homofobia, el racismo, la xenofobia o el clasismo, por poner algunos ejemplos”.
El regidor y líder de Por Cádiz Sí Se Puede explica además que ha tomado esta decisión de posicionarse porque “haciéndolo quizás pueda ayudar a muchísima gente que seguro se siente reflejado ante esta situación, pero no dice nada”.
Llevo varios días pensando y reflexionando sobre esta realidad. Y creo que es una cuestión de responsabilidad posicionarme en torno a una realidad social como es la gordofobia
Dejo aquí este texto que también he compartido en Facebook pic.twitter.com/fJ6iI1qVi0
— José María González (@JM_Kichi) May 27, 2020
González enumera algunos de los comentarios sobre su físico recibidos en los últimos días, da igual el tema del que hablara. Si escribía en redes sociales para fomentar el consumo en tiendas locales, surgían los ‘te has hartado de phoskitos en el confinamiento’, ‘te has puesto gordo’ o ‘qué gordo estás, por Dios’. Si el tema era la necesidad de una reforma fiscal para no castigar a los trabajadores, la respuesta iba en la misma línea: ‘tienes unos kilitos de más’ o ‘estás redondo’. Alusiones que se realizaban incluso desde los medios de comunicación locales. Las bromas, afea, siempre son sobre el mismo tema: la obesidad.
Una sociedad que margina
En este sentido, el alcalde se ha referido a un sociólogo de la Universidad de la Sorbona (París), que constató que en Francia un hombre gordo tiene tres veces menos de probabilidades de encontrar empleo que otro con el mismo currículo y en su peso. “¿Saben por qué? Porque vivimos en una sociedad que margina, excluye, ridiculiza y maltrata a las personas con una característica física que difiera de lo impuesto, en este caso: la gordura”, insistió, señalando que, en su caso, no lo lleva “nada mal y es muy rara la ocasión” en la que responde “con la misma dosis de maldad”.
“Si la sufro yo, cómo lo soportarán los niños y las niñas en los patios de nuestros colegios, donde el bullying se ceba con el ‘gordito’, donde el insulto despiadado va acompañado de las carcajadas a coros y de una gran carga emocional que los aísla, avergüenza y entristece”, se pregunta, recordando que algún momento de su vida ya pasó por lo mismo.