Como un gladiador sin espada ante un león: el Cádiz, humillado en el Coliseum
Desastre absoluto, con todas las letras y en mayúsculas, del Cádiz CF en su visita al Coliseum Alfonso Pérez. Allí esperaba un Getafe CF que solo había anotado seis goles en 13 partidos, de los que apenas había ganado uno. Pero los de Quique Sánchez Flores estaban dispuestos a amargarle el día a los de Álvaro Cervera, y tanto que lo han hecho, con un sonrojante 4-0 que les ha sacado los colores al conjunto cadista.
Garra y acierto fueron las claves del partido para un Getafe que puso las cosas difíciles desde el inicio en lo que era una final anticipada por la permanencia tanto para unos como para otros. Separados en la tabla por seis puntos antes del inicio, con el Getafe último y el Cádiz decimosexto, la victoria iba a suponer un bálsamo de aceite para alguno de los dos.
Más para los hombres de Quique, que, hasta el pitido inicial, sólo habían saboreado lo que era ganar en una ocasión. Por eso, desde el principio del duelo, el cuadro azulón salió muy fuerte al campo. Durante el primer cuarto, logró neutralizar al cadista, sorprendido por el inicio de sus rivales e incapaz de frenar las incursiones de sus dos laterales, un incordio constante para Iza Carcelén y 'Pacha' Espino.
Y así llegó el primero, con un centro de Damián Suárez desde la banda derecha y un cabezazo de Mathías Olivera, que entró por el segundo palo como un camión para arrollar a Iza sin piedad y mandar la pelota a la red de la portería de Conan Ledesma. Sólo habían pasado siete minutos y al Cádiz le tocó arremangarse. Pero se avecinaba tormenta en el Coliseum.
Poco a poco fue recuperando terreno, con Espino muy insistente por la izquierda y con un buen manejo del juego de Álex Fernández. La alegría del Getafe se diluyó y el Cádiz acumuló algunas ocasiones. Casi todas, con disparos lejanos que acabaron por encima de la portería de David Soria, pero alguna con más intención que a punto estuvo de dar un susto a los madrileños por medio de Salvi Sánchez y Álvaro Negredo.
Pero con orden y efectividad, el Getafe se fue con ventaja al descanso. No mucho más. Bien en la pegada y correcto en defensa, consiguió una ventaja interesante, pero aún tenía 45 minutos por delante para sufrir. Álvaro Cervera reaccionó con dos cambios en el descanso: Fali por Iza e Iván Chapela por Salvi. El objetivo, frenar las internadas de Olivera, que estaba haciendo un roto por la zona derecha del Cádiz.
No lo consiguió, porque el Getafe salió muy enchufado en la segunda parte. Mucho más intenso, más vertical y profundo, se lanzó a por otro tanto para encarrilar definitivamente el choque. Lo pudo marcar el turco Enes Ünal con un cabezazo a centro de Damián, pero apuntó mal cuando estaba muy solo. Pero quien no falló fue otro defensa, Jorge Cuenca. También de cabeza, tras un centro de Mauro Arambarri, hizo el segundo.
Después, tras un disparo al palo de Álvaro Jiménez, para apagar la aparición de un posible estado de nervios, apareció Arambarri. El mediocentro charrúa puso otro centro perfecto a la cabeza de Enes Ünal (vídeo principal de la noticia), que acabó con cualquier duda. Otra vez un uruguayo dejó su firma. En otra jugada y en el global del partido, que culminó con el cuarto de Jaime Mata para redondear una victoria balsámica.