Harakiri del Cádiz en su estreno
Derrota del Cádiz CF en su estreno liguero. Es verdad que su mejor jugador fue Ledesma y eso es significativo, pero el partido se decantó en favor de la Real Sociedad por un tanto propiciado por un error propio. Uno de los muchos que tuvo el conjunto amarillo en una mala tarde.
El Cádiz saltaba al campo sin algunos de los fichajes que le deben dar un salto de calidad y también con bajas importantes. Jugadores como Alcaraz o Álex Fernández no estaban por lesión, San Emeterio está falto de ritmo y Negredo o Alejo acababan de salir de problemas físicos.
El escenario era el esperado: la Real dueña del balón, tocando con calidad y el Cádiz con las líneas muy juntas para intentar hacerse fuerte. Un rival que se le da realmente mal en las últimas temporadas y que llegaba con ganas de imponerse. El Cádiz, a sobrevivir y a matar a la contra.
En el primer cuarto de hora Conan Ledesma no había tenido que intervenir, aunque las incursiones realistas entrañaban peligro y obligaban a tener una concentración máxima. Lozano y Arzamendia enseñaron los dientes en dos ataques de un Cádiz que no era capaz de tener la posesión del balón como en la mayor parte de la segunda vuelta de la pasada campaña.
Y el primer gol de los visitantes llegó en un fallo de la defensa cadista. Una anticipación de Chust dejó un balón suelto que ni él mismo ni José Mari acertaron a despejar. Le llegó a Kubo, que estaba solo, y puso por delante a su equipo.
Pudo empatar el Cádiz a renglón seguido con un disparo de Fali que se colaba después de una mala salida de Remiro, pero la defensa lo impidió bajo los palos. Era una reacción de carácter, pero el equipo estaba muy desacertado. La gente de calidad, Perea y Lucas Pérez, estaban horribles y eso en un equipo tan mermado se notaba mucho.
Fue una pena irse perdiendo al descanso por el fallo del gol. Realmente el conjunto vasco no había generado muchas ocasiones y tocaba reaccionar en la segunda parte a base de empuje.
Sergio metió a Mabil por Perea para darle más profundidad al equipo. Pero la pelota seguía siendo de los visitantes demasiado tiempo para ir perdiendo. Y cuando se recuperaba todo costaba mucho porque era un día de muchos errores no forzados. Cualquier centro, control o disparo costaban un mundo.
Pasaban pocas cosas y eso no era una mala noticia del todo para un equipo diezmado como el cadista. A los vascos les bastaba con poco para llegar con peligro, mientras que los amarillos sudaban tinta. Ledesma apareció para evitar el segundo gol.
Mabil no estaba aportando nada y había que confiar en la salida de Alejo, ausente desde el final de la pasada temporada. Cuando quedaban 20 minutos para el final, lo mejor era el resultado. Cabía la esperanza de un gol en alguna jugada aislada.
En el tramo final se impulsó en la recuperación de Mabil, el buen hacer y la aparición de Alejo para meter a la Real en su área. Aunque en la prolongación pudo hacer el segundo Cho tras un balón perdido por Espino, pero Ledesma lo evitó en un gran uno contra uno.