Dos penaltis al limbo que empujan a la derrota

El Cádiz no perdía como local desde la primera vuelta y lo ha vuelto a hacer contra el Sevilla. Un rival directo que jugó como un equipo de abajo y que se vio favorecido por el arbitraje de Soto Grado, otro que se apunta al club de los innombrables.

Nada más comenzar el partido se vio la primera polémica por una mano en el área del Sevilla. El resultado fue el de siempre: decisión en contra del Cádiz. En el primer tiempo el juego fue muy igualado, con dominio del Sevilla pero con llegadas a las dos áreas. A pesar de las numerosas bajas, los amarillos seguían siendo competitivos.

No pasaban muchas cosas y eso le venía bien al Cádiz ante un rival que estrenaba entrenador y nuevas ideas. En el primer tiempo los porteros no tuvieron que intervenir en ninguna acción de mérito. Era un rival directo con muy buenos jugadores que no estaba siendo superior. El protagonista fue Soto Grado, con un arbitraje de lluvia fina siempre hacia el mismo lado.

La segunda parte empezó muy mal, con un gol de Ocampos después de un despeje corto de David Gil en un córner que no había sido córner. Había que remar contra la corriente. Un detalle estaba decantando el partido sin ser peor que el oponente. Un remate de Fali se fue al palo en el minuto 61.

La reacción del equipo fue muy buena y metió al Sevilla en su área. Hubo un penalti sobre Fali que tampoco fue señalado y cuando más méritos estaba haciendo el Cádiz llegó el segundo tanto visitante, obra de En-Nesyri. Quedaba un cuarto de hora y las opciones se limitaban mucho.