Noche de penitencia con alegría final en un Viernes Santo atípico
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Gran entrada en una noche sin procesiones en Cádiz
Jugar un Viernes Santo en Cádiz no es cualquier cosa. En una Semana Santa marcada por la lluvia los aficionados cadistas no dudaron en acudir al Nuevo Mirandilla como primera opción. Fueron más de 15.000 los aficionados amarillos que acudieron al estadio, con presencia de unos 200 seguidores del Granada.
En una noche fría y con viento, el cadismo acudió a animar a su equipo en un partido fundamental. Desde un inicio se notaba que era un partido especial porque ni siquiera la lluvia retraía a la afición local.
En una temporada en la que ya hubo un partido en casa la noche de la final del Falla, no extrañaba que también coincidiera con la Semana Santa. En este caso la lluvia impidió que salieran Expiración, Descendimiento, Siete Palabras y Buena Muerte, las previstas para esta jornada. Toda la atención estaba puesta en el fútbol.
Al final hubo penitencia porque no fue nada fácil conseguir los tres puntos, pero la victoria se quedó en casa y ya se piensa en la visita del Barcelona de dentro de dos semanas. El público cantó aquello de que "to los años lo sufrimos y al final lo conseguimos". Y en ello está el equipo.