Un buen presagio para el Cádiz por su fortaleza como visitante: ganar fuera suele acabar en ascenso
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El Cádiz ha ganado dos partidos y ha empatado uno en sus tres desplazamientos
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Paco López tiene ganas de darle una alegría a la afición del Cádiz ganando en casa
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La afición amarilla ha demostrado dar mucho al equipo en cuanto le dan algunos motivos
La temporada no pudo empezar peor para el Cádiz con la goleada encajada en casa ante el Zaragoza, pero desde entonces no ha vuelto a perder. Todavía tiene un amplio margen de mejora, pero ya ha conseguido dos victorias, ambas fuera de casa. Eso, unido al empate logrado en Valencia contra el Levante, le sirven para igualar los mejores guarismos del equipo en este apartado.
Fran Martínez, periodista de Relevo, ha revelado el dato de que el actual es "el mejor inicio del Cádiz en Segunda División como visitante desde la temporada 1984/85, en la que también sumó dos victorias y un empate y terminó ascendiendo a Primera División".
Y no es poca cosa porque aquella temporada el Cádiz de Benito Joanet lograba el ascenso de una manera muy clara, un mes antes de que acabara la competición. Era un equipo donde el máximo goleador fue Salvi Mejías y que contaba también con su hermano Pepe, Superpaco, Escobar o Dieguito. Un gran equipo que sólo fue superado por la UD Las Palmas en una liga que todavía era de dos puntos por victoria.
Los amarillos tienen ahora la asignatura pendiente de no ser sólo un equipo fuerte a domicilio, sino que tiene que aprovechar la ventaja de contar con el respaldo de un afición como la cadista. En más de una ocasión ha comentado Paco López que quien debe dar el primer paso para encender al cadismo es el propio equipo porque ya ha comprobado el efecto que tiene en el partido cuando los seguidores amarillos se ponen a animar como saben hacerlo.
Este sábado, contra el Eldense, llega una nueva ocasión para estrenar el casillero de victorias como local. A poco que los jugadores den motivos a su afición, seguro que habrá un ambiente ideal para que los tres puntos se queden en casa. Y si se hace fuerte en el Mirandilla y mantiene su competitividad de visitante, puede acabar pasando lo de hace 40 años.