Sergi Gómez, presente y futuro para el eje de la zaga

Si alquien de la plantilla del Celta ha sabido rentabilizar la temporada es Sergi Gómez, tras un primer año de aprendizaje en la Primera División, este año la mala fortuna traducida en la lesión de Fontás ha aupado al central a una titularidad de la que parece muy difícil que se le vaya a apartar.

 
Su nota media de la temporada es de un 5,7, que no está nada mal para los 59 goles que ha encajado el equipo, su partido más destacado de este curso ha sido con la victoria por 4-1 ante el Barcelona, donde todo e equipo rozó la matrícula de honor. El estilo alegre y desenfadado del Celta, donde la defensa estaba resguardada por pocos hombres ensombrece el nivel mostrado ya no sólo por Sergi si no por todos los zagueros olívicos.
Ha formando un buen tandem con Cabral, ejerciendo el rol de acompañante del líder de la defensa, porque cuando le ha tocado a él asumir ese papel en ausencia del argentino su nivel ha bajado lo suficiente para notar que aún le queda bastante por aprender, algo lógico dado que esta ha sido de verdad su primera temporada en Primera. Otro déficit del equipo es el juego aéreo, en defensa la sangría no es tan grave como al principio del año, algo en lo que ha ayudado Sergi, más solvente que Fontás en esa faceta del juego, pero en ataque su aportación ha sido nula, un sólo tiro a puerta en todo el año, para un jugador que se suma a todos los corners y faltas del equipo se antoja como un bagaje muy escaso.
Respecto a los duelos en balones aéreos ha perdido los mismos que ha ganado, 51, un 50% para un central de 1,85 tampoco son unos grandes números, mejores como ya hemos dicho que los de Fontás, pero mejorables. Además ha sumado 132 recuperaciones de balón y ha tenido que despejar la pelota 102 veces. Respecto a sus pases la efectividad en las pelotas cortas es muy alto un 93% de sus casi 1.300. Pero de nuevo en largo las cifras no son buenas, sólo un 30% de sus desplazamientos en largo han llegado a su destino, 59 aciertos por 132 fallos. 
En el aspecto disciplinario se ha mostrado como un central serio, tranquilo y en el que se puede confíar, 6 amarillas en 31 partidos y sólo 32 faltas cometidas son muy buenos datos, aunque en su debe esta un penalti cometido, que no supuso  más que unos nervios en la grada de Balaídos en la victoria ante el Eibar.