Que nadie despierte al Celta de este sueño

Nadie dijo que esto iba a ser fácil, pero el Celta ha logrado la proeza de eliminar al Real Madrid en una noche épica en Balaídos. Una jornada que el celtismo no olvidará en muchos años. Un empate a dos goles que sabe a gloria para un conjunto que repite unas semifinales de Copa. El Celta, por méritos propios, estará el próximoviernes en el bombo. Balaídos disfruta de unos hombres que le han vuelto a ofrecer lo mejor que tienen, su entrega infinita.

La ocasión lo merecía, el Celta no se juega todas las temporadas un pase a las semifinales de la Copa y Berizzo apostó a lo grande. No se dejó nada en el banquillo ante un Real Madrid que necesitaba una remontada tras el 1-2 en el Bernabeu. Y así salió al campo el conjunto merengue, con ganas de mandar, de tener la pelota y generar ocasiones con las que meter el miedo a un abarrotado Balaídos.
Pero el Celta aguantó el empujón inicial de los de Zidane, agazapado, sin la pelota, pero muy junto y sin dejar espacios iban pasando los primeros minutos de un choque que iba acercando al Celta a las semifinales. Y es que la primera oportunidad de gol fue para un Celta tras un resbalón de Ramos que celebró la afición como si fuese un gol. Del Real Madrid en ataque nada, aproximaciones con cierto peligro hasta el minuto 25, donde Sergio y los palos salvaron a los celestes del tanto merengue. En una acción de cabeza de Ronaldo el meta celeste tocó lo justo para mandar la pelota al palo y tras el rechace el propio Cristiano la vuelve, a puerta vacía, a mandar a la madera.
Seguía sin tener la pelota un Celta que se defendía con uñas y dientes ante los intentos madridistas hasta que Aspas, a falta de 10 minutos para que acabase la primera mitad erró en su decisión cuando se plantó solo ante Casilla. El de Moaña vio tan claro el pase a Guidetti que en lugar de rematar buscó la prolongación para el sueco, pero la zaga madridista logró despejar el esférico, el Celta perdonaba el primero de la noche. Pero esa ocasión despertó al equipo que en el tramo final de los primeros 45 minutos empezó a llegar con facilidad a la meta defendida por Casilla hasta que al filo del descanso llegó el gol vigués. Remató Guidetti, Casilla despejó sobre la línea pero el rechace impactó en un Danilo que veía como la pelota se colaba en la portería. El Celta llegaba con ventaja a los vestuarios.
Y ya en la segunda mitad volvió a avisar el Celta con un centro muy peligroso al que estuvo a punto de llegar Guidetti. El Real Madrid intentaba recomponerse pero sus lineas estaban completamente rotas ante la desesperación de Zidane. Los vigueses se sentían muy cómodos sobre el césped de Balaídos. Solo alguna acción parada llevaba el peligro a la portería de Sergio mientras la afición alentaba a un equipo, el suyo, que visualizaba en el bombo de semifinales. Pero el Real Madrid es letal a balón parado y cuando el choque iba bajando de intensidad una falta de Cabral permitió el empate de Ronaldo. Con un disparo seco al palo del portero igualaba el partido y abría la eliminatoria.

Sergio Ramos perdona la remontada

Con un Celta asimilando el gol del portugués y un Balaídos enmudecido llegó la oportunidad de empatar la eliminatoria en la cabeza de un Ramos que mandó fuera la pelota fuera para alivio vigués. Benzema tuvo la siguiente en el minuto 68 y en Balaídos se iba masticando la tragedia. No le salía nada al Celta y sus jugadores se empezaban a desesperar. Pero el Celta aguantaba el resultado y con mucha timidez empezaba a asomarse por el área rival. 
Zidane se la jugaba con la entrada de Morata mientras que Berizzo buscaba reforzar el mediocampo quitando a Guidetti por Jozabed. Los merengues redoblaron sus ataques y el Celta se volvía a encerrar en su área para aguantar el arreón final. Y parecía que no habría que sufrir porque Daniel Wass en el 83 apuntilló la eliminatoria o eso pensaba Balaídos

Sin respiro en Balaídos

Y con el 2-1 en el marcador Balaídos estalló de júbilo, la afición llevó en volandas a un equipo que repetía unas semifinales después de eliminar a otro rival madrileño. A Berizzo le quedaban dos cambios para agotar el tiempo, entró Sergi por el autor del gol, un Wass que se marchó entre aplausos y ya en el descuento Lucas Vázquez volvía a poner pimienta en la eliminatoria con otra acción a balón parado. El Madrid volvía a estar a un gol de las semifinales con cuatro minutos de añadido. Berizzo daba entrada a Fontás para cerrar su meta por un Iago Aspas exhausto. Bongonda pudo sentenciar con el tiempo cumplido pero no hizo falta porque Sánchez Martínez señaló el pitido final para alivio de una hinchada que vivió el partido con el corazón fuera del pecho.

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