La afición sigue sin engancharse a Balaídos

Un partido para recobrar la confianza, un rival que invitaba a soñar con goles, un horario perfecto para el público y un cielo despejado en Vigo. Ingredientes más que suficientes para que Balaídos presentase una bonita estampa con sus gradas atestadas de camisetas y bufandas del Celta, pero no. De nuevo las butacas vacías fueron protgonistas y es que ante el Osasuna solo 15.556 espectadores vivieron los goles de los de Berizzo.

Balaídos sigue sin enganchar a su afición, un club que asegura que tiene casi 22.000 socios y que por sistema nunca llega a los 20.000 espectadores en sus partidos en casa. Muchos celtistas faltan, semana tras semana, a su cita con el equipo de sus amores. Este domingo no se podía culpar al horario o al mal tiempo y 6.000 socios del Celta se quedaron en sus casas.
La tendencia es más que preocupante, en las semifinales de Copa del Rey el celtismo bullía por las calles de Vigo, se adivinaba una gesta y en Balaídos solo habían 18.969 espectadores. Lo mismo sucedió ante el Shaktar Donetsk, con 18.318 aficionados en las gradas del estadio. Ante el Osasuna se cayeron casi 3.000 personas. Pasar de los 20.000 espectadores se ha convertido en una utopía alcanzable solo ante el Real Madrid, Barcelona y Deportivo.
El Celta ha buscado como mejorar la asistencia al campo, puede que sus ideas no sean del todo buenas, pero sigue siendo incomprensible como hay un número tan grande de abonados que nunca o casi nunca van a Balaídos a ver a su equipo. Cada temporada en Primera desde el último ascenso a dejado menos presencia de aficionados en el campo, ya no hay obras, unos días los horarios son mejores y otros peores, pero la tendencia es muy peligrosa para el Celta, de los 18.000 de siempre se está pasando a los 16.000, ¿Cuál será la próxima cifra?.