Brais Méndez resucita al Celta y lo aleja de la nada

Un tanto en el descuento de Brais Méndez y un palo espectacular de Hugo Mallo en el 92, estuvieron a punto de darle la vuelta a un partido penoso del Celta. 75 minutos a la basura que hacen que la lucha por Europa siga lejos pero sea posible aunque las sensaciones hayan sido de nuevo desastrosas. Con 15 minutos de garra no llega, pero permite que la temporada aún no se cierre en falso.

 
Con Lucas Boyé en detrimento de Pione Sisto y un Emre Mor que ni siquiera entró en la convocatoria saltaba el Celta al césped de La Catedral. Unzué sorprendía con la primera titularidad del argentino, que hasta el momento no había demostrado nada en sus escasos minutos desde su llegada en el mes de enero.
Sin cinco minutos de juego la polémica ya estaba servida Cabral usó su brazo, dentro del área, para controlar el esférico en una acción absurda que bien pudo ser penalti y que Del Cerro Grande obvió, hubiese sido la sexta pena máxima en diez encuentros en San Mamés. Mientras los leones gozaban de las primeras ocasiones ante una blanda defensa que volvía a mostrar su debilidad ante la velocidad de Williams.
Del Celta, nada o casi nada, un buen robo de Lucas Boyé acompañado de una mala conducción con un peor remate y una amarilla para Maxi Gómez, la décima de la temporada que conlleva la suspensión para el choque ante el Sevilla en Balaídos. Del Cerro Grande fue demasiado severo en su decisión.
El juego celeste pecaba de lentitud e imprecisión en la medular, Wass se mostraba excesivamente fallón en sus combinaciones con Hugo Mallo lo que obligaba a Aspas a retrasar su posición para entrar en contacto con el balón aunque San José siempre estaba muy pendiente del moañés para impedir su entrada en el choque. Un Celta que repetía malas sensaciones y mal juego una jornada más ante un rival que salvo el empuje inicial tampoco estaba ofreciendo nada.

Del Cerro se come otro penalti

Con el choque igualado por lo bajo, donde la intensidad brillaba por su ausencia, Williams recibió un balón franco para intentar batir a Sergio. Llegó tarde Jonny, que derribó al 'león' de forma clara, para todos los presentes, menos para Del Cerro Grande, que inclusó amonestó al jugador del Athletic por simular una caída. El Celta sobrevivía gracias a dos acciones mal señaladas a favor de los de Unzué.
Williams no tardó en tener otra ocasión, en el minuto 34, tras un buen centro de Susaeta que encontró la cabeza del atacante bilbaíno.  Su disparo se marchó rozando el palo de Sergio Álvarez para que poco después asistiese a Raúl García con un gran taconazo que desarboló a la zaga viguesa. De nuevo la falta de puntería rojiblanca permitió a los de Unzué seguir vivos en una penosa primera mitad.

Reacción y jarro de agua fría

Con más ganas o mejor actitud saltó el Celta al césped en la segunda mitad aunque adolecía de los mismos problemas para combinar que permitían a Kepa vivir un plácido encuentro. No permitió el Athletic la reacción celeste, de nuevo Iñaki Williams y De Marcos atenazaban a los de Unzué antes de poner a los suyos en ventaja.
Y fue un saque de esquina botado por Susaeta rematado, en primer instancia por Raúl García al palo, donde los locales encontraron su justo premio. Unai Núñez recogía el rechace y batía sin problemas a Sergio Álvarez. Unzué reaccionaba dando entrada al Tucu y Pione Sisto con media hora por jugar en un San Mamés que cumplía a rajatabla los malos precedentes vigueses.
Williams volvía a reclamar penalti tras un largo forcejeo en carrera con Sergi Gómez, el veloz delantero rojiblanco se desplomó justo cuando podía rematar frente a Sergio aunque en esta ocasión sí acertó Del Cerro Grande ante las protestas del delantero local.

La mejor del Celta, de Íñigo Martínez

Tan penoso era el devenir celeste en el encuentro que tuvo que ser Íñigo Martínez el que probase a Kepa con un despeje directo a su meta. El joven portero respondió rechazando el envío envenenado del central rojiblanco mientras al Celta se le agotaba el tiempo y no había el mínimo atisbo de reacción.
Jonny, que buscaba la línea de fondo con asiduidad logró asociarse con Pione Sisto para botar un centro cabeceado, desde más de diez metros por Maxi Gómez. Su remate, prodigioso y lleno de potencia, se marchó rozando el palo de Kepa en una de las primeras acciones positivas de los de Unzué en todo el choque cuando se acercaban al minuto 80.

Arreón final

Mejoró el equipo con la entrada de Pione, el 'Tucu' y Brais, ayudó el bajón de un Athletic cansado y exigido en lo físico en los últimos minutos del choque. Aspas por fin pudo aparecer y generar peligro, pero los de Valverde buscaban, agazapados en su campo, mantener su exigua renta.
Llegó el premio, tal vez injusto, porque el Celta navegó en la nada más absoluta durante 75 minutos. Un canterano, Brais Méndez logró el tanto del empate en el descuento cuando el equipo echaba el cierre, triste, a una temporada que comenzó plagada de ilusiones que se fueron diluyendo partido a partido.
Pudo darle la vuelta al partido Mallo con un trallazo espectacular repelido por un sobresaliente Kepa, el meta tocó lo justo para que la pelota se estrellase, con una virulencia extrema, en el palo zurdo. Hubo una más, del Tucu que anotó en una jugada invalidada porque el balón se había salido por línea de fondo.
Quince minutos de garra, con los jugadores que tendrían que haber comenzado el encuentro, quince minutos para seguir vivos pero que no fueron suficientes para llevarse la victoria de San Mamés.

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