El Celta, un drama que llora por el regreso de Aspas
Una nueva derrota, esta es la cruda realidad de un Celta sin Aspas, que resucitó a otro muerto, el Valencia. Ni el tanto inicial de Araujo sirvió para que los de Cardoso diesen un paso al frente, el tanto de Ferrán hundió la confianza de un Celta que tuvo en Rubén a su mejor hombre. Rodrigo sentenció pasado el 80' para dejar al Celta al borde del precipicio.
Fiel al guión previsto por ambos entrenadores el Celta se hizo con el balón, intentándolo jugar desde atrás, ante un Valencia expectante en su campo y que sólo buscaba la meta de Rubén desde sus bandas. Coquelin y Brais gozaban, desde lejos, de las primeras oportunidades del encuentro.
Boufal lideraba el ataque vigués con apariciones continuas desde ambos costados apoyado por Brais Méndez y Maxi Gómez. Este último, cerca del 15, realizó un control maravilloso que le permitió habilitar su disparo sobre dos defensas valencianistas, aunque finalmente el esférico acabó impactando en Gayà.
Los escasos ataques visitantes iban cargados de peligro por las indecisiones de la zaga celeste tanto en los centros de Cheryshev como en las cabalgadas de Mina. A los de Cardoso les costaba más y más acercarse a la meta de Neto a medida que avanzaba la primera mitad.
Rubén salva el primero y Araujo marca
Pasado el 30' llegaba la primera gran ocasión del partido, el Valencia colgaba el balón a la frontal, ahí aparecía Soler y con un potente zapatazo ponía a prueba los reflejos y agilidad de Rubén. El meta volaba para atajar el cuero y desbaratar el tanto del canterano valencianista.
Justo cuando peor se encontraba el Celta sobre el campo llegaron sus mejores ocasiones y el tanto de Araujo tras un saque de esquina. El mexicano marcaba su segundo tanto de cabeza en apenas unos días para adelantar a los vigueses.
Un minuto antes, en el 39', Boufal tenía una clarísima opción para marcar tras un error garrafal de la zaga visitante. Neto, con una grandísima parada, desbarataba el tanto del franco marroquí.
De nuevo Rubén
El Celta lograba irse con ventaja al descanso gracias de nuevo a Rubén. El de Mos salvó una gran falta directa de Parejo con una palomita convirtiéndose en la figura clave del equipo en los primeros 45 minutos.
El Valencia necesitaba dar un paso al frente tras el paso por vestuarios y los de Marcelino, sin peligro, iban colgando balones desde ambas bandas buscando uno de los puntos débiles de la zaga celeste.
A lo de Cardoso les costaba dar la réplica y en el primer cuarto de hora ni se acerco a Neto ya que la única opción fue una contra de Boufal que acabó desbaratada por Garay.
Marcelino buscaba darle mordiente a los suyos con la entrada de Gameiro y Ferran, se iban Cheyshev y Soler, desaparecidos en Balaídos. Conscientes de la falta de peligro del Valencia los vigueses adelantaban un poco más las líneas para buscar un segundo tanto tranquilizador.
Ferrán resucita a un Valencia muerto
El primero en intentarlo fue Brais Méndez con un potente remate desde la frontal en el 68 que despejó con ciertas urgencias Neto. Con un mediocampo rival roto Cardoso daba entrada a Emre Mor por Boufal buscando la velocidad del turco, pero el plan del luso no aguantó ni un minuto.
Ferrán controlaba, dentro del área, un balón con el pecho y disparaba de primeras al segundo palo para batir a Rubén y lograr la igualada cuando parecía un equipo vencido y muerto.
Rubén vuela para salvar al Celta
El Valencia apretaba cada vez más para sufrimiento de un Celta que se mostró muy conformista cuando marchaba por delante. Era Rubén, por enésima vez, el que salvaba a los suyos con otras dos intervenciones de gran mérito.
Dos cabezazos a quemarropa, especialmente el segundo, con un testarazo de Garay que le obligó a realizar la mejor parada del encuentro. Pero Rubén no lo puede todo y en un desajuste atrás Rodrigo puso el 1-2.
Rodrigo marca a placer
El exjugador del Celta marcaba a placer tras una asistencia de Gameiro, ahí Rubén estaba vencido y nada pudo hacer. Aún tuvo que salvar otro tanto en el 87, seis paradas, muchas de gran nivel que no sirvieron para nada.
El Celta, roto por el tanto de Rodrigo, nada más ofreció en el tramo final. Las sensaciones de un equipo rendido a su suerte, condenado a sufrir, sin ideas y soluciones en el banquillo encomendado al regreso de Aspas.
