Otro partido más sin Aspas, otra derrota más donde el portero, Rubén Blanco, es el mejor del equipo. El Celta deambula como un zombie en Liga y apesta a Segunda si no hay un cambio de timón de 180 grados. El Valladolid fue mejor, mereció la victoria, creyó en ella y la logró, todo lo contrario al conjunto vigués, un drama de proporciones bíblicas.
Conscientes de lo que había en juego Valladolid y Celta saltaron al césped del José Zorrilla con la clara intención de no cometer errores y no arriesgar. Fiel a su estilo los vigueses gozaban de más del esférico aunque su mayor manejo de balón no propiciaba ocasiones claras de gol.
Los de Miguel Cardoso, esta vez sí, lograban ejercer una presión más ordenada que propició el error de Michel. El mediocentro recibió de espaldas, Boufal le roba la cartera y cede el balón a un Sisto que tras un recorte pone la pelota en la escuadra larga de Masip para adelantar al Celta con un portentoso remate.
El Pucela buscaba no perder la cara al choque con un potente remate del debutante Guardiola que se marchaba, en el 22', por encima del larguero de la meta de Rubén Blanco. Respondía el Celta con un preciso centro de Juncà al que no llegó Brais tras ser agarrado, de forma clara, por Nacho.
Sánchez Martínez ordenó reanudar el juego antes de que el VAR analizase la jugada, los asistentes ratificaron la decisión del colegiado para enfado del canterano celeste que reclamaba la señalización de la pena máxima.
En el cruce de golpes el Celta se iba imponiendo hasta acogotar al Pucela en su área en los mejores minutos de Brais Méndez, Boufal y Pione Sisto. La línea de tres cuartos olívica iba acercándose, cada vez más, a la meta de Masip gracias a un Boufal que esta vez sí miraba a sus compañeros antes de intentar estériles regates.
Un cabezazo de Maxi Gómez, pasado el minuto 30, pudo suponer el 0-2, tras una buena acción de Hugo Mallo en un saque en corto de córner. A pesar del dominio celeste el Valladolid buscaba apretar en el tramo final de la primera mitad con dos acciones peligrosas protagonizadas por Alcaraz y Keko.
Una mala contra del Celta terminó en pérdida de Sisto y posterior falta de Hoedt, muy lento en el cruce. La falta peligrosa, terminó con un colocado remate de cabeza de Guardiola que salvó Rubén con una gran intervención.
Las tornas cambiaban y era de nuevo Rubén el que mantenía al Celta con ventaja en el marcador tras otro disparo de Keko que desvió el canterano sobre la línea de gol. La primera mitad terminaba en correcalles en el que los celestes tuvieron una contra clarísima que desperdició Boufal en el último pase antes de que Keko dispusiese de una nueva oportunidad que, en esta ocasión, se marchó desviado.
Boufal no quería que estos primeros 45 minutos terminasen y condujo otra contra con Brais como destinatario final ya en el tiempo de prolongación, tampoco quería el Valladolid que tuvo, ya en el 46 un último disparo en las botas de Nacho antes de que Sánchez Martínez señalase el camino a los vestuarios.
El comienzo de la segunda mitad no modificó el partido, el Celta seguía mostrando su endeblez con un Valladolid confiado en lograr el empate más pronto que tarde. Tras un manso remate de un Brais Méndez que escogió la peor opción llegó un nuevo asedio a la meta de Rubén Blanco.
El mosense salvaba, in extremis, el disparo de Óscar Plano yéndose al suelo para tapar el palo corto en el 51'. No tardó en Pucela en tener otra oportunidad que, en esta ocasión, nadie acertó a rematar tras pasearse el balón por el área pequeña.
Los milagros de Rubén, otra vez el mejor celeste sobre el campo, no fueron suficientes ante el asedio blanquivioleta. Óscar Plano, en el 56', marcaba el empate con un remate desde el área pequeña tras la pasividad de la zaga celeste, Rubén llegó a tocar un balón que terminó dentro de sus mallas.
Reaccionaba tarde Cardoso quitando a Sisto para dar entrada a Beltrán. El danés se negó a saludar el segundo del luso tres ser sustituido. El Pucela seguía gozando de más y más oportunidades para darle la vuelta al marcador. Por parte viguesa, un remate alto de Maxi Gómez.
El Vallodolid era muy superior y no tardaría en anotar su segundo gol, Toni Villa era el primero en avisar y Keko certificaba en el minuto 69 la superioridad local con un disparo raso al segundo palo tras asistencia de Óscar Plano.
No hubo reacción celeste tras el tanto del Valladolid, el equipo está quebrado y vencido. Cardoso daba entrada a Hjlusager y Apeh quitando a Lobotka y Jozabed, nefastos esta matinal.
El drama celeste continuó con la expulsión, muy rigurosa, de Wesley Hoedt, sin generar una sola jugada de peligro en 20 minutos y rezando porque Aspas sea suficiente para salvar a un cadáver de la Segunda División.