El Celta logró un empate sin goles ante un correoso Alavés que fue de menos a más hasta el punto de convertir a Rubén en el héroe de la tarde con dos intervenciones de mucho mérito. Un empate que sabe a poco y prolonga la agonía de un Celta sin mordiente, sin colmillos, pero que sirve, salvo sorpresa mayúscula para que Cardoso siga al frente del equipo una jornada más. Ante el Éibar volverá a jugarse su puesto.
Que Juncà está más cómodo jugando de carrilero es algo que no se le escapa a ningún seguidor celeste. El lateral catalán abrió las hostilidades del encuentro con una internada hasta la línea de fondo en la que, tras un recorte, centró al corazón del área donde el esférico fue despejado por la zaga vitoriana. El rechace, ya en las botas de Brais, terminó con una chilena desviada por centímetros.
Los de Cardoso, en un arranque que rozaba el notable, no concedían a su rival, el Deportivo Alavés, la más mínima opción gozar de alguna ocasión de gol. Los celestes mostraban es solidez defensiva perdida en anteriores jornadas. La única nota negativa era un Okay con aparentes gestos de dolor y una ostensible cojera que obligaba a calentar a Beltrán y Jozabed.
Otra internada de Brais, ya cerca del 30', terminaba en las botas de un Juncà que apostó por el pase a Jensen antes de atreverse a disparar. Su desplazamiento se fue por línea de fondo en un partido donde lo poco que había sucedido tenía sello celeste. De nuevo era Juncà el que lanzaba un nuevo ataque vigués por su costado, el catalán sumaba aciertos y errores a partes iguales. En esta ocasión su centro acabó con un disparo seco y centrado de Maxi Gómez, muy sencillo para Pacheco.
Pasaban los minutos sin que nada relevante sucediese sobre el césped de Mendizorroza, el Alavés desparecido en ataque tuvo su primera oportunidad de marcar en el 44' en una internada por banda de Jony que atajó Costas a la perfección. El Celta, con un dominio estéril, lograba lo que marcaba el once titular de Cardoso, no recibir goles en contra.
La segunda mitad arrancó con un ritmo completamente distinto, el Alavés, esta vez sí presionaba la salida del balón celeste y empezaba a acercarse a la meta defendida por Rubén Blanco. Con un punto más de intensidad por parte del cuadro local sólo Okay respondía al nuevo guión planteado por los vitorianos.
Rubén, sin trabajo hasta el descanso, tuvo que sacar una buena mano a lanzamiento de falta de Jony, el jugador más incisivo del cuadro babazorro. Los primeros errores en defensa comenzaban aparecer y Manu probó otra vez más a Rubén, que desvió el esférico a córner.
El Celta perdía a Okay al cuarto de hora y Cardoso daba entrada a Beltrán para sostener una medular que ya no estaba tan segura como al comienzo del encuentro. A pesar de ello Brais Méndez gozaba de otra oportunidad de adelantar a los suyos pero Pacheco demostraba porque es uno de los porteros más cotizados de LaLiga.
Los cambios continuaban y Jensen, voluntarioso en su primer partido como titular,dejaba su puesto a Boufal. El franco marroquí podría explotar su velocidad y regate en un encuentro más abierto y contra unos rivales más cansados.
Como viene siendo costumbre en cada encuentro Rubén está siempre citado para la épica. El mosense tuvo que sacar una mano imposible encima de la raya de gol para evitar el tanto vitoriano tras centro de Jony y remate de Maripán.
Replicaba Boufal con una serie interminable de regates que no terminaron con el francés perdiendo el esférico en el último momento. El partido encaraba sus minutos finales y se rompía por momentos.
Del Cerro Grande no dejaba subir un tanto de Maxi, ya en el 87', por un claro fuera de juego. Mallo, ya en el descuento, arrancó un saque de esquina mal botado por el Celta. El Celta lograba dejar su portería a cero pero no conseguía marcar un gol, algo que siempre había hecho en 2019. Cardoso mantendrá su puesto una semana más.
Pésimo artículo. Parece que el Alavés arrasó al Celta y el portero los salvó de la quema. Mal visto. El título sería "Un Alavés inoperante apenas inquietó a un Celta muy defensivo". Ruben bien, pero paradas muy normalitas a tiros al muñeco.