Más de 270 minutos en blanco
Al Celta de Vigo se le han quedado los goles en el vestuario, por tercer partido consecutivo no han logrado marcar en Liga. Brais Méndez, de penalti, es el último goleador de un Celta que ahora se desangra en las dos áreas, sigue concediendo infinidad de ocasiones a sus rivales y ha perdido el juego que le llevaba a generar las suyas.
Tres partidos en el que los celestes han realizado 18 remates durante más de 270 minutos de juego. De ellos sólo ocho han encontrado portería, incluido el disparo de Maxi Gómez al larguero ante el Éibar. Ese el el bagaje ofensivo de un Celta que en estos tres encuentros ha encajado seis goles, que pudieron ser más, si los delanteros del Éibar y Betis.
La mala racha del Celta de cara al gol en este 2019 continúa ya que, salvo el gol de Pione Sisto ante el Real Valladolid, nadie en el cuadro celeste ha logrado marcar un tanto en jugada. Cardoso vivió, o sobrevivió gracias al balón parado que le permitió sumar algunos puntos.
Ahora con Escribá el Celta renunció, o no fue capaz de entender el planteamiento del técnico, al ataque. El único disparo a puerta llegó en el descuento. Los vigueses fueron incapaces de encerrar al Betis tras encajar el tanto de Jesé. Ya son tres los partidos sin anotar, la siguiente cita es ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, un campo complicado para romper la racha.
O habrá que esperar al regreso de Aspas ante el Villarreal, el moañés se ha convertido en el clavo ardiendo al que se agarra la directiva, el vestuario y la afición para espantar los innumerables males de este equipo.