La caída de ingresos dificulta la continuidad de Rafinha
El Celta de Vigo tenía muy claro, antes de la pandemia provocada por el coronavirus, que iba a pelear hasta el final por hacerse con la propiedad de Rafinha Alcántara. El hispano brasileño, cedido por el Barcelona en el Celta de Vigo, se ha convertido en uno de los principales referentes del equipo en la segunda vuelta y su técnico, Óscar García Junyent, lo considera una pieza clave de cara a la próxima temporada. El problema es que la caída de ingresos provocada por el COVID-19 puede complicar una operación que encajaría, en circunstancias normales, en las arcas celestes.
Así que la compra de Rafinha permanece en el aire mientras que otros pretendientes, especialmente el Inter de Milan, siguen al acecho del menor de los Alcántara. El Celta sabe que deberá pagar 17 millones de euros por el jugador a no ser que Rafinha sea capaz de ejercer una presión importante en el seno del club azulgrana para rebajar esa cantidad.
El Celta, con una importante cantidad, superior a los 30 millones de euros, en caja podría hacer frente a su fichaje pero la austera política presupuestaria del club, en la que no se quieren asumir riesgos innecesarios pueden llevar al Celta a perder a Rafinha o Murillo, ya que más de 30 millones de euros en los dos fichajes supondría casi un récord en gasto en fichajes en una ventana de mercado.
El Inter por su parte cuenta, como indica Mundo Deportivo, con la baza de Lautaro Martínez. El punta argentino gusta en Barcelona y el Inter podría pedir a Rafinha como parte del pago, algo que al Barcelona le interesaría para rebajar el coste del traspaso. Hay que recordar que Rafinha ya jugó medio curso en el cuadro neoazurro.
