Un viejo conocido en el Metropolitano: el pasado celeste de la mano derecha del Cholo
A lo largo de su historia, el Celta de Vigo ha tenido especial predilección -y también acierto- a la hora de fichar argentinos. Gustavo López, Eduardo Berizzo o Pablo Cavallero componen una lista de la que forma parte también Nelson Vivas, actual segundo entrenador del Atlético de Madrid.
Su paso por Balaídos guarda muchas similitudes con el que tuvo Eduardo 'Chacho' Coudet como jugador. Vivas llegó cedido por el Arsenal a mediados de la temporada 1999/2000, buscando encontrar los minutos de juego que le habían negado Lee Dixon, Tony Adams, Nigel Winterburn o Martin Keown, auténticas instituciones en el equipo londinense. Además, allí coincidió también con otra institución celeste como Sylvinho.
Su carácter aguerrido y luchador le valieron para encontrar su hueco en una defensa en la que estaban Velasco, Juanfran, Cáceres o Sergio. Y es que Víctor Fernández valoraba muy positivamente la capacidad que tenía para sacar el balón jugado. No obstante, sus primeros pasos como futbolista en Quilmes los dio como volante, y no fue hasta su fichaje por Boca Juniors cuando retrasó su posición a la de central.
Tras pasar por Inter de Milán, River Plate y Quilmes, colgó las botas en 2005 y se centró en los banquillos. Diego Pablo Simeone le dio la oportunidad de ser su ayudante en Racing de Avellaneda, Estudiantes de la Plata, River Plate y San Lorenzo, hasta que en 2010 emprendió su camino como primer entrenador, dejando imágenes como aquella vez que se arrancó la camisa mientras protestaba una acción polémica.
En 2018 Diego Pablo Simeone volvió a contar con él como ayudante tras la marcha de Tiago Mendes y este verano ascendió a segundo entrenador tras la marcha del 'Mono' Burgos.
La casi-lesión a Djorovic
En un amistoso en 1996 entre Argentina y Yugoslavia, Vivas le hizo una gravísima entrada por detrás a Goran Djorovic. Cuatro años después, ambos coincidirían en Balaídos. Así recordó esta anécdota en una entrevista concedida a La Nación.
"Un día íbamos juntos en el autobús y le pregunto si conoce Argentina. Me dice 'sí, una vez fuimos a jugar un amistoso a la ciudad de Mar del Plata, fue la única vez, no sabés, uno se me tiró de atrás' Y le digo "fui yo". Nos reímos mucho los dos. ¡Casi le había cortado el tendón de Aquiles!".
Una muestra más de cómo se las gastaba un jugador que tiene el dudoso honor de ser el que más entradas ha hecho en un Mundial, el de Francia 1998.