El vestuario del Celta: una charla de Víctor Fernández, Penev, un camarero y un café con cruasán
Gustavo López recordó en 'Vamos' de Movistar que a lo largo de su carrera como futbolista le ha tocado vivir en "vestuarios difíciles, de mucho carácter". Y uno de ellos fue en el Celta de Vigo, con Víctor Fernández y Lubo Penev, el delantero búlgaro que solo jugó en Vigo una temporada, la 1998/99. Un camarero, un café con leche y un cruasán fueron los involuntarios protagonistas de esta anécdota revelada por Gustavo López, que tampoco dudó en recordar como Penev se llevaba a sus dos rottweiler a los entrenamientos del Celta en A Madroa.
"Víctor Fernández, más allá de la clase de entrenador que es y que fue, que es un gran entrenador, es el tipo de entrenadores que quiere tener todo callado en el momento de la última charla", empezó a contar Gustavo López.
"Para ponerlo en contexto el futbolista entra, se masajea, se toma un café, sale al calentamiento, se calienta un poco a nivel físico, después viene. Llegan los últimos retoques, espinilleras, calcetines... cuatro cosas más y luego hay cinco minutos, justo antes de salir al partido en los que hay una pequeña charla del entrenador para matizar cosas que hemos visto en la charla técnica o durante la semana", continuó el exjugador del Celta de Vigo.
"En esos cinco minutos tienes que estar en silencio, sobre todo con Víctor. No se podía mover nadie, cada uno en su lugar. Los utilleros en la utilería, los masajistas en la sala de masajes, los médicos ahí parados y nadie más y en el vestuario del Celta en los últimos cinco minutos, de repente... (hace el gesto de tocar una puerta), la puerta del vestuario", siguió contando.
🥐 Si Lubo Penev pedía un cruasán, se le llevaba un cruasán y lo que hiciera falta. @cuervolopez #ÚltimosFichajes pic.twitter.com/APXVj6ZrpR
— #Vamos de Movistar+ (@vamos) February 27, 2021
Gustavo López explicó que "nadie abría porque estaba hablando el entrenador", por ello Víctor Fernández "le dice a uno de los fisios que vaya a abrir la puerta. Abre la puerta y entra un camarero que le temblaba la mano (haciendo que se le caía la bandeja del nerviosismo) con un café con leche y un cruasán".
Víctor Fernández, molesto por la situación le dijo al camarero "esto es un vestuario de fútbol, ¿quién te pidió eso? Vete, vete, vete". En ese momento, Cuervo López explicó que "salta uno de los futbolistas, con mucho carácter y dice "no, no... lo pedí yo. Póngalo acá".
"Mientras daba la charla Víctor Fernández, él comía el cruasán con el café con leche", sin inmutarse, tal como recuerda Gustavo. "Era uno de los líderes, era Lubo Penev" del que también contó otra anécdota de su efímero paso por el Celta: "Lubo era de dejar los perros en la utilería y dejarlos ahí encerrados. Eran dos rottweiler que esperaban a que terminase el entrenamiento. El utillero miraba así, porque no quería salir ni saltar".