La reducción de la cuarentena juega a favor del Celta
La decisión adoptada este miércoles 29 de diciembre en la Comisión de Salud Pública del consejo interterritorial, integrado por el Gobierno y las comunidades autónomas, en la que se ha decidido rebajar a una semana el periodo de aislamiento para las personas que se han contagiado de coronavirus supone un alivio en el Celta de Vigo. Con nueve jugadores confinados en sus hogares tras dar positivo en las pruebas PCR los vigueses iban a viajar en cuadro a Sevilla para medirse al Real Betis este domingo 2 de enero en el Benito Villamarín. Con esta reducción de tres días en la cuarentena impuesta por las autoridades sanitarias el club confía en poder recuperar a buena parte de estos jugadores.
Todos ellos, antes de viajar a Sevilla, deberán presentar una PCR con resultado negativo. En ese momento, tal como exige el protocolo instaurado por LaLiga, el club conocerá si estos nueve futbolistas han superado la COVID-19. La situación es distinta para cada jugador. Los cuatro primeros casos positivos se detectaron el 22 de diciembre, un quinto se conoció unos días después. Casi todos ellos podrían incluso comenzar a entrenarse con el grupo ya que cumplirían ya la semana de confinamiento obligatoria. De estos cinco casos es prácticamente imposible recuperar a uno de ellos ya que aún se encontraba confinado en su país tras haber viajado allí aprovechando las vacaciones de Navidad.
Dependiendo de cuándo se notificó a las autoridades sanitarias el positivo de estos jugadores podrán salir, siempre con PCR negativa, del confinamiento. En el peor de los casos viajarían a Sevilla sin haber podido entrenar con el resto del grupo. Los otros cuatro jugadores tienen menos opciones de llegar a tiempo. De nuevo la fecha del positivo será fundamental. Las pruebas de antígenos, corroboradas por una PCR, que el club comunicó a la prensa datan del 27 de diciembre pero es muy posible que en los controles internos que el Celta estableció al conocer los primeros contagios ya se hubiesen detectado estos cuatro casos. De ser así estos cuatro futbolistas podrían abandonar el confinamiento antes de que el resto del equipo viaje a Sevilla.
Arroja el tema en los 2 años que lleva en el candelero, una mortalidad del 0,19% del total de la población nacional. Una media anual del 0,10 a la que cada uno le dé la dimensión que desee. Y cuando hablamos de totalidad, nos incluímos todos, profesionales del deporte también. Óptimas condiciones físicas y ausencia de otras patologías a las que el coronavirus venga a sumarse, hacen de ellos un colectivo con porcentaje 0. Esto lleva a pensar que parte del dinero público destinado a medidas que el citado organismo en su dilatada evolución sortea con los ojos cerrados, se pierde. Que en su lugar invertir en infraestructuras deportivas, favorecer el acceso y promover la actividad física, resultaría la mejor estrategia. Una inversión, no un gasto, máxime cuando la realidad europea es una tendencia a la longevidad y a medias de edad cada vez más elevadas