El gesto de Brais Méndez tras marcar un golazo al Celta: pidió perdón a Balaídos
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El jugador no quiso celebrar el tanto ante su antigua afición
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Estuvo en la previa del partido con los jugadores del Celta, que todavía son sus amigos
El Celta de Vigo y la Real Sociedad se enfrentaron en el partido correspondiente a la jornada 21 de LALIGA Santander. Un encuentro en el que Imanol Alguacil rotó a a algunos futbolistas mientras que Rafa Benítez apostó por su once, ya definido más que de sobra. Eso sí, el que no rotó en las filas del cuadro txuri urdin fue Brais Méndez. No en vano, el canterano celeste se ha convertido en uno de los futbolistas clave en este equipo, que en febrero jugará nada menos que los octavos de final de la UEFA Champions League. Pero este siempre será un partido especial para el jugador de Mos. Tras charlar con algunos de sus excompañeros en la previa del duelo, en cuanto empezó el mismo se acabaron las amistades. Y lo evidenció marcando un auténtico golazo de bandera.
No obstante, lo reseñable no es que Brais Méndez marcara gol, que es algo que siempre tiene papeletas de suceder, o que este fuera de bellísima factura, que también hay cierta inclinación de que pase. Es el gesto que tuvo después hacia el público de Balaídos. El público que, hasta hace no tanto, coreaba estas obras de arte cuando las hacía vistiendo la camiseta celeste.
Brais Méndez alzó las manos para disculparse con el celtismo
Y es que primero se disculpó con las dos manos abiertas, mirando hacia la grada. Tras el abrazo de Jon Ander Olasagasti, que fue el primero en llegar a felicitarle, juntó las palmas de sus manos y las alzó en un evidente gesto de pedir perdón.
Un gesto que le honra y que demuestra que, pese a que su desarrollo como profesional ha quedado ya bastante lejos de las actuales aspiraciones del Celta, no olvida sus orígenes. Además, a punto estuvo de hacer el segundo con un disparo de falta directa que se marchó repelido por el poste. Lo que queda claro es que Brais Méndez no olvida a sus amigos, a sus antiguos compañeros ni a sus antiguos aficionados. Seguro que muchos en la grada de Balaídos se alegran mucho de que le vaya bien en su carrera.
"Un gesto que le honra y que demuestra que no olvida sus orígenes". Y digo yo, amigo Brais: el haber chutado a la grada o sencillamente no haberlo hecho, no hubiera sido para la afición un gesto aun más lindo?. Uno se debe a quien le paga, cierto es, pero.. otra acción a nadie hubiera escandalizado. Nadie por muy suspicaz hubiera sabido de las aviesas intenciones. Buscar luego la redención pública al daño consumado no sirve sino para ilustrar titulares, para esa estampa donde inmortalizar un afecto que trasciende al profesional. En fin amigo Brais, un dos nosos sempre!