No es la primera vez que Brais Méndez recuerda algunos de los malos momentos que le tocó afrontar siendo jugador del Celta de Vigo. El canterano se convirtió en el saco de boxeo sobre el que una parte de los aficionados que se congregaban en Balaídos. Los insultos y los gritos con los que tuvo que convivir son una pequeña parte del calvario que el centrocampista ha revelado en una entrevista en The Athletic. El mosense contó algunos momentos tan duros que le llevaron a acabar vomitando en la madrugada previa a un partido por la ansiedad o las amenazas de muerte que recibió.
"Estuve temporadas luchando por no descender y no vivía. Estaba toda la semana pensando en los resultados que necesitábamos para salvarnos", confesó Brais Méndez. El ahora jugador de la Real Sociedad vivía noches de "insomnio total" pensando que que podían mejorar para salir de esa mala dinámica. Lamentó que "los canteranos fueron los que más culpas asumieron".
Brais Méndez reveló un episodio que ni su familia conocía: "Nunca se lo he contado a nadie. Recuerdo que una noche antes de un partido, sobre las cuatro de la mañana me desperté y empecé a vomitar. Mi pareja no estaba en ese momento y fue mejor. No creo que ni siquiera ella lo sepa".
También recordó el momento que le obligó a cerrar sus cuentas en redes sociales en 2019. En ese momento el canterano del Celta recibía insultos y amenazas continuas: "Me han insultado, incluso he recibido amenazas de muerte porque las cosas no salían bien un domingo. Disfrutaba mucho entrenando, pero no quería que llegara el fin de semana". Eso le provocaba "miedo y tensión". Una carga que el centrocampista confiesa que "se hacía cada vez más grande y más grande".
Esos problemas le obligaron a acudir a un psicólogo, como ya había relatado en anteriores ocasiones. José Carrascosa, por mediación de Iago Bouzón, empezó a trabajar con Brais Méndez. Ahora es la misma persona que está en la Real Sociedad prestando apoyo psicológico a sus jugadores. En San Sebastián, valorado por el club, cuerpo técnico y afición ha dejado atrás esos malos momentos que tuvo que sufrir siendo aún muy joven en el Celta.