Benítez salva su primer match ball con Balaídos en su contra

Rafa Benítez salvó su primer macht ball de la temporada con una ajustada victoria ante el colista Almería, el único equipo sin victorias de toda LaLiga EA Sports, con un solitario gol de Mingueza en la segunda mitad. El 1-0 es suficiente para saber que el técnico se sentará en el banquillo del Santiago Bernabéu ante el Real Madrid. Los gritos y silbidos en contra del entrenador del Celta de Vigo se olvidaron con el pitido final. El celtismo, aliviado con la victoria, quiso celebrar con los jugadores los tres puntos y olvidarse de todo lo anterior.

Tras anunciar el primer once titular en más de 15 años sin un solo jugador formado en A Madroa Rafa Benítez tenía que someterse al plebiscito de un Balaídos que desde hace varias semanas se mostraba en contra de su técnico. Las gradas, a poco más de media entrada, esperaba a los onces para pitar por primera vez al entrenador. Tras escuchar los 23 nombres del Celta llegaba el turno del madrileño. La mayoría de los aficionados no dudaron en silbarle. Algunos tímidos aplausos se entremezclaban entre el sonido de viento.

Su nerviosismo se hizo visible cuando saltó como un resorte al ver como el VAR llamaba a Sánchez Martínez para consultar un fuera de juego previo al gol de Bamba. El técnico entendía que el pase de Mingueza a Luca de la Torre era legal. De ahí su tremendo enfado. Pero lo que había mostrado el vídeo arbitraje era una fuera de juego al arranque de la jugada. Fran Beltrán había recibido en corto, en posición adelantada, un saque de esquina.

Tras el disparo al palo de Langa llegaron los primeros cánticos en contra del técnico. "¡Benítez vete ya!" arrancaba en la Grada de Animación. Otros aficionados secundaban los gritos aún con el miedo en el cuerpo. La primera mitad del Celta era el reflejo del mal estado del equipo. Los silbidos cambiaron de objetivo, era Sánchez Martínez el que se iba al vestuario entre los gritos del celtismo tras no pitar una carga dentro del área de Robertone a Manquillo.

Ya en la segunda mitad, con un Celta incapaz de superar al Almería, la Grada de Animación aprovechó el primer cambio, el de Tasos Douvikas por Tadeo Allende, para volver a pedir la salida de Benítez. Con más fuerza y en más zonas del campo se escuchaba el "¡Benítez vete ya, Benítez vete ya!". El 0-0 ante el colista, un equipo que no había sido capaz de ganar en toda la temporada se convertía en un suplicio insoportable cuando el partido llegaba a su hora de juego.

El gol de Mingueza calmó los ánimos. Aún así hubo silbidos al juego especulativo de equipo cuando los defensas tocaban y tocaban la pelota. Las últimas ocasiones del equipo, con Hugo Sotelo y Hugo Álvarez en el campo, animaron a la parroquia celeste. Los 18.005 espectadores presentes solo querían celebrar la victoria con sus jugadores. Se habían olvidado de Rafa Benítez.