Las entradas para el Celta-Real Madrid, entre 90 y 210 euros
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El partido se disputará el 19 de octubre a las 21.00 horas
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Las entradas, entre los 90 y los 210 euros
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Iago Aspas, la broma con su regreso del 'Erasmus' y el cambio de brazalete: "Me lo llevaré de recuerdo"
Después de empatar frente al Girona en la última jornada del campeonato en LALIGA EA SPORTS, el Celta de Vigo ha dado a conocer este lunes el precio de las entradas para la visita del Real Madrid a Balaídos el próximo sábado 19 de octubre, las cuales oscilan entre los 90 y los 210 euros.
La entidad que preside Marian Mouriño solicitó a LaLiga medirse en la primera vuelta al Atlético de Madrid, Real Madrid y FC Barcelona para minimizar las pérdidas económicas por la reducción de aforo en su estadio una vez se inicien las obras de remodelación de la grada de Gol.
Precisamente, en esa grada, el club ha fijado el precio más barato para la visita del equipo dirigido por Carlo Ancelotti. Un asiento en Gol cuesta entre 90 y 105 euros según la zona. Las entradas más caras son las de Tribuna Alta Central (210 euros).
La pasada temporada, la entrada más cara para ver al Real Madrid en Vigo, sin contar las de zona VIP, costó 180 euros, el tope histórico hasta ese momento para la visita del conjunto blanco.
🎟️ Xa están á venda as entradas para o #CeltaRealMadrid
— Xuntos RC Celta (@XuntosRCCelta) September 30, 2024
Aspas evita la derrota ante el Girona
Un gol marcado en el minuto 80 por Iago Aspas evitó la tercera derrota consecutiva del Celta. Ante el Girona los vigueses empataron 1-1 en la octava jornada de Liga. El cuadro liderado por Míchel se había adelantado en el primer tiempo con un tanto de Yangel Herrera y pudo llevarse el triunfo en el tiempo añadido, pero Vicente Guaita se lució tras un disparo del ucraniano Viktor Tsygankov.
La apertura del duelo en Balaídos fue trepidante, con tres ocasiones en apenas cinco minutos, un remate de Carlos Domínguez para el Celta y, más peligrosas, un disparo de Yangel Herrera y un cabezazo de Abel Ruiz para el Girona. Fue una buena carta de presentación. Los dos equipos tenían un plan de partido parecido. El Girona se apoderó de la pelota y desde esa posesión contuvo el ímpetu del Celta.
