El radical cambio físico de Fer López: "Era muy pequeñito, muy delgadito"

Fer López luce imponente sobre el terreno de juego. A sus 20 años su 1,90 de estatura solo la gente que conoce su trayectoria en las categorías inferiores recuerda al talentoso y menudo futbolista de cabellera rubia. Su tardío crecimiento, no pegó el estirón hasta bien entrada la adolescencia, obligó al Celta de Vigo a buscarle una cesión en el Rápido de Bouzas. Se había quedado atrás. "A nivel físico generaba dudas", recuerda uno de sus antiguos entrenadores, David de Dios. Ahora el celtismo sueña con que recoja el testigo de su ídolo, Iago Aspas.

El actual técnico del Coruxo recordó en Radio Marca Vigo al Fer López niño que conoció en A Madroa: "Es una agradable sorpresa porque a nivel físico generaba dudas porque era muy pequeñito, muy delgadito. Le costaba competir porque todos le quitaban una cabeza".

Lo cierto es que Fer López creció durante la pandemia, con 16 años ni siquiera era titular con el Rápido de Bouzas. El Celta tuvo paciencia, crecería y esa desventaja acabaría desapareciendo. Más complicado era adivinar que con 20 años alcanzaría el 1,90 de altura. Muchas miradas están puestas en el joven futbolista.

"Siempre me ha gustado el fútbol desde pequeño, sí que es verdad que tuve una época que no crecía y que me costó más jugar, pero bueno, yo siempre he disfrutado jugando, para mí eso es lo más importante", confesaba en una entrevista con ElDesmarque.

En Vigo lograron atarlo con un nuevo contrato hasta junio de 2028. Mientras da los primeros pasos en la élite, dirigido por Claudio Giráldez, compagina su día a día con sus estudios de Administración de Empresas y Derecho. Sus padres, notario y psicóloga, siempre fueron muy estrictos con ello. Solo podía seguir jugando al fútbol si continuaba con sus estudios.

Fer López encontró en Claudio Giráldez su gran valedor. El técnico porriñés ha ido gestionando su carrera en los últimos años. Con 18 años compaginó el Celta Juvenil y el Gran Peña. Anotó 14 goles entre ambos equipos. Con el Gran Peña, que funcionó como segundo filial del Celta, conoció el fútbol senior.

En ese momento, cuando muchos de sus compañeros ya estaban varios pasos por delante en su etapa formativa, empezó a tener los primeros minutos en el Celta Fortuna con Claudio Giráldez. Fueron solo cuatro minutos. Era el primer paso de Fer López.

El canterano se iba adaptando poco a poco a su nuevo físico. "Al principio, te sientes un poco descoordinado, pero a base de trabajar la movilidad, ahora me noto bastante bien", reconocía hace unos meses en el Diario Atlántico.

Con 19 años ya era uno más en el Fortuna. Le tocó competir por los minutos con el capitán del filial, Raúl Blanco. Solo fue titular en 13 partidos de los 33 que disputó. Un total de 1.466 minutos en los que marcó siete goles y dio tres asistencias como volante ofensivo.

Este curso estaba llamado a liderar al filial. Sus grandes actuaciones liderando a un equipo plagado de juveniles hicieron que diese el paso al primer equipo. En 1.231 minutos sumaba cuatro goles y tres asistencias. Claudio Giráldez pedía prudencia con Fer López: "Tiene condiciones para jugar con nosotros, está preparado. Hay que tener paciencia y dar los pasos correctos".

Apuntaba el técnico en diciembre que "su físico es bueno pero necesita partidos en Primera RFEF, sufrir, chocar y otras cosas del juego más allá de su talento". En Copa del Rey destrozaba al Salamanca UDS con dos goles. Se estrenaba como titular ante el Mallorca en Liga y caía lesionado.

Tras casi dos mese fuera de los terrenos de juego fue sumando minutos ante el Deportivo Alavés, Valencia y Real Betis. Ante el Atlético de Madrid fue elegido el mejor jugador del Celta por su afición. Con ese 1,90 que maneja a la perfección sin perder un ápice de elegancia y calidad, dio un pase magistral a Pablo Durán