La etapa más dura del Centenariazo del Dépor fue en Zorrilla
El 6 de marzo del año 2002 es una fecha que el Deportivo de la Coruña no olvida. No lo hace la afición deportivista como tampoco lo puedo olvidar el actual entrenador del Real Valladolid: Sergio González. Aquella noche, el llamado 'Super Dépor' escribió una página de oro de su historia al firmar que siempre se va a denominar como el 'Centenariazo'.
Los de Jabo Irureta se impusieron (1-2) ante Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu en la final de Copa del Rey que se disputaba en el feudo madridista para celebrar los 100 años de vida del equipo blanco. Fue un duelo inolvidable para la historia del fútbol español y que se llevó un equipo que menos de dos meses antes había sufrido mucho en el Estadio José Zorrilla.
La etapa más dura de esa página histórica para el Deportivo de la Coruña se vivió ante el Real Valladolid de Pepe Moré, un equipo al que los deportivistas se enfrentaron tres veces en apenas siete días. Fue una fase de la temporada complicada para el que sería campeón de Copa del Rey y, entonces, uno de los mejores equipos de España y Europa.
Exigencia máxima en Zorrilla
Pese a que en el duelo de ida los gallegos se impusieron (2-0) en el Estadio de Riazor, el doble viaje a Valladolid en apenas tres días iba a exigir mucho a los de Irureta y Sergio González.
En la disputa de la vigésima jornada de la temporada 2001/2002, el Dépor llegó a Zorrilla por primer vez. Pisando los talones al Real Madrid en la tabla, los gallegos visitaron a un ambicioso Pucela que vivía tranquilamente en LaLiga Santander. Entre el octavo y el décimo puesto, los blanquivioleta se veían capacitados para ganar a los gallegos y, también, para hacerles dudar de cara a la vuelta copera.
Pepe Moré y los suyos tenían claro que para remontar y llegar a semifinales de Copa, el duelo liguero era determinante. Un buen encuentro y un gran resultado sería el primer paso. Dicho y hecho con la contundentente victoria (3-0) para los locales. Los tres puntos hacían dudar a los gallegos que, indudablemente, eran los favoritos en la eliminatoria.
Con dos goles en apenas 55 segundos, Alberto Marcos y Fernando Fernández, que posteriormente haría un doblete, llevaron el delirio al Estadio José Zorrilla e hicieron creer a la afición en una remontada copera.
Hipotética semifinal ante un Segunda B
Conseguida la victoria liguera, el duelo copero que se disputó sólo tres días después no pudo empezar mejor para los intereses locales. A los 34 minutos de partido, la eliminatoria estaba igualada. Fernando Fernández, actual ayudante de Manuel Pellegrini en el Real Betis, y Mario Álvarez igualaron el duelo. Anotar cinco goles en poco más de un partido a un equipo como el gallego y a un portero como José Francisco Molina era un éxito que hizo que el Real Valladolid estuviera muy cerca de vivir unas semifinales que hubieran sido ante la Unió Esportiva Figueres, equipo de Segunda división B,
Tristemente, una prórroga y un polémico penalti concedido por el colegiado Fernández Marín y que anotaría Diego Tristán, privaron al Real Valladolid de disputar esa semifinal copera que rozaron con los dedos tras eliminar al Club Deportivo Ourense, al Racing de Ferrol y al Club Deportivo Badajoz.
Los blanquivioleta se quedaron con la miel en los labios pero, por el contrario, los gallegos vivieron una dulce página de su historia al ganar aquella Copa del Rey. No fue un título más. El tinte heroico por dónde se consiguió y ante quién marca un éxito que en Zorrilla tuvo su etapa más complicada y exigente. Sergio González seguro que lo recuerda.