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A medida que se acerca la fecha de la primera final de Copa del Athletic Club, la del 2020 contra la Real Sociedad, las fachadas, balcones y ventanas comienzan a teñirse de rojiblanco. Con un arranque de diésel, poco a poco se va calentando la afición. En la capital del fuste no podría ser de otra manera. Pero en el fuero interno, muchos aficionados sueñan con un triplete histórico.
Nunca antes se habían jugado dos finales de Copa en el mismo año, pero esta pandemia de muchas desdichas, y que nos ha quitado tantas cosas, entre ellas la posibilidad de asistir a la final, ha proporcionado al Athletic establecer un nuevo récord: el del triplete de finales en una misma temporada. En la primera se ganó la Supercopa, el 17 de enero de 2021. El siguiente gran reto es levantar la Copa el 3 de abril. No será fácil.
Por la Concha están convencidos de que serán los blanquiazules de la Real Sociedad quienes se alcen con el triunfo. Ansían conseguir su tercera Copa y, sobre todo, que sea ganándosela al Athletic. Siempre le han tenido ganas a los de San Mamés, pero ahora afirma su entrenador, Imanol Alguacil, que van a morir por alcanzarla. Su confianza radica también en los resultados de los últimos enfrentamientos entre ambos clubs, en la potente plantilla que han formado y en el buen juego desplegado durante casi toda la temporada.
La visión de la Real y la del Athletic
Se ven favoritos y está la afición donostiarra hiper motivada. Siempre lo han estado en cada derbi, pero en esta ocasión están enardecidos. Ganar a su eterno rival en la primera final de Copa que les enfrenta es para ellos un hito histórico, y una posibilidad de regocijo para las próximas décadas, por encima incluso del año de la manita.
Hasta hace unos meses por el Botxo no se les veía a los leones con capacidad de dar demasiados zarpazos. En eso llegó Marcelino García Toral y le dio la vuelta a la situación. Sin casi toma de contacto con sus pupilos, ganaron la Supercopa imponiéndose a Real Madrid y a la bestia negra, el FC Barcelona. Los jugadores parecían otros. Todos parecían ser mejores jugadores. Hasta quienes están en el otoño de su carrera resurgieron con nuevos bríos y recuperando el esplendor de sus mejores tiempos.
Los aficionados recuperaron de la misma las ganas de ver los partidos de los rojiblancos, dejaron de bostezar, y se fueron contagiando de la alegría de unos jugadores que habían recuperado el gusto por el balón, que presionaban para dar rápidos zarpazos en cuanto lo tenían y desarrollaron un fútbol menos previsible al reincorporar a su diccionario la palabra ‘filtrar’.
Volvieron a brillar los Muniain, Raúl García, De Marcos, Yuri o Berenguer, que comenzó a justificar su fichaje a base de goles. Pero con la saturación del calendario, alcanzando la segunda final, la que le enfrentará de nuevo al Barcelona el 17 de abril, el Athletic bajó el rendimiento en LaLiga Santander. Pensando en las finales, claro, a pesar de las palabras de Marcelino. Ahora en la cuenta atrás, ya sólo pueden centrarse en las finales, pero final a final.
¿Qué cuál prefiero que ganen, si hubiera que elegir? Las dos. La primera porque es la copa número 25, contra la Real, y la segunda porque se ganaría al mejor equipo mundial de la década, y se haría historia con el triplete. Además, tendría el premio añadido de la clasificación europea. Para ello, los leones deben concentrarse en salir con el espíritu competitivo que alimentó la leyenda, metidos en el partido desde el primer segundo y tratar de imponerse a un rival que tal vez se presente pasado de vueltas. ¡A por todas! ¡Aúpa Athletic!
Por Arturo Trueba, Director de La Ría del Ocio