Un león en la muralla herculina

Más de 40.000 espectadores presenciaron en San Mamés el partido entre el Athletic Club y el Deportivo de La Coruña. De todas esas personas, en una parte del graderio, se encontraban 600 seguidores blanquiazules que habían venido a apoyar a su equipo en un duelo importantísimo. El encuentro acabó con victoria local por 2-1, pero la anécdota del partido la vemos en este vídeo de El Día Después, que aparece al final del texto, en la que se ve a un aficionado rojiblanco rodeado de herculinos.

Athletic y Depor pueden estar orgullosos de tener dos aficiones tan ejemplares. Sin olvidar la rivalidad que existe en el fútbol, dentro del terreno de juego, fuera del mismo se puede ver como camisetas de distintos equipos se mezclan entre los asientos y no existe ningún tipo de conflicto. 
Como si de una película se tratase, en el terreno de juego vimos una verdadera lucha de 22 guerreros por conseguir algo más que tres puntos, los locales querían acercarse a Europa y los visitantes respirar más tranquilo alejándose de la zona de descenso. Fuera de la batalla los aficionados no paraban de animar a sus respectivos equipos.
Curiosa la imagen, pudimos encontrar un león dentro del castillo coruñés. No tenía miedo de celebrar los goles y respetaba al rival cuando lo hizo. Empezó sufriendo, toda la primera mitad ya que el Depor se fue al descanso con un resultado favorable de 0-1. Él miraba a su alrededor y solo veía camisetas blanquiazules. Estaba triste, el león aún no se había comida a su presa. 
Cuando comenzó la segunda parte, fiel reflejo de su equipo en el césped, los leones empezaron a rugir en la grada, de tal manera que llegó el empate de Muniain y las risas y los lamentos se intercambiaron de bando. Las cosas habían cambiado, ahora los herculinos se ponían nerviosos y él suspiraba tranquilo, mirando el resultado y el tiempo que quedaba. 
A falta de tres minutos para el final del partido, llegó Aduriz para darle los tres puntos a los de Valverde. Con ello, llegó la alegría total en los leones y más concretamente en la parte superior de la grada, dónde se encontraba uno de ellos entre toda la jauría deportivista. Con educación y respeto celebró la victoria y con más educación y más respeto recibió la enhorabuena por parte de los aficionados gallegos. Un ejemplo de nobleza, bondad y generosidad.