En la lona

El Deportivo buscaba encadenar tres victorias ligueras consecutivas en Riazor por primera ocasión en las últimas siete temporadas frente a un Girona que no había estrenado el casillero de triunfos a domicilio. El choque se preveía trascendental para el futuro a corto/medio plazo del equipo coruñés, pues los tres puntos hubiesen aliviado las necesidades clasificatorias más urgentes. Y pinchazo a la postre resulta traumático.

 
De inicio, Pepe Mel sorprendió alineando a Albentosa en el eje de la zaga, en detrimento de Schär, y también prescindió de Andone en aras de reforzar el centro del campo. El cuadro herculino intentó llevar la iniciativa pero faltaron ideas, se añoró la siempre deseada profundidad y sobró fragilidad defensiva cuando el cuadro catalán salió a la contra, con Portu y Borja García como principales exponentes.
Ante un rival que en los primeros cuarenta y cinco minutos no dio un paso al frente en ningún momento, el Deportivo careció de orden y cometió un error de bulto, tan en el debe de Raúl Albentosa como del colegiado Gil Manzano. En una acción en el área en la que el central valenciano puso las dos manos sobre Kayode para fijar la marca, sin excesiva intensidad, el árbitro decidió señalar penalti para sorpresa de los futbolistas del cuadro blanquiazul ante la caída del punta nigeriano. Aday transformaría la pena máxima engañando a un Francis que antes había llevado el runrún a la grada en un par de despejes que rebotaron en futbolistas del Girona y también en varias salidas de puños en las que no tomó buenas decisiones.
Acuciado por la necesidad, el Deportivo dio un paso al frente y tiró de picaresca: Lucas Pérez se dejó caer en el área de Girona al notar un mínimo contacto y Gil Manzano picó el anzuelo del '7' herculino. Tratando de acosar al Girona, Mel dio entrada a Adrián, que tardó unos segundos en dejar su impronta en el terreno de juego. Un magistral control del área al que le faltó la consiguiente definición y un pase filtrado a la espalda de los centrales visitantes que Cartabia malgastó volcaron al Dépor en el área defendida por Bono.
El Deportivo jugó con más corazón que cabeza.
Rácano, el Girona lo fió todo a una acción de estrategia o a un error defensivo de los coruñeses. Y llegó lo segundo cuando más apretaban los locales. Un fallo de coordinación en la defensa del Dépor derivó en que Portu se quedase solo delante de Francis y el atacante batió por debajo al meta nigeriano para desesperación de jugadores y cuerpo técnico.
El jarro de agua fría heló a la parroquia coruñesa, que veía más cerca el tanto de la victoria que la derrota. El mazazo provocará que Mel vuelva a estar de nuevo en el ojo del huracán, porque los mayoritarios silbidos al término del encuentro no invitan al optimismo.

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