Pesar en el Dépor tras el fallecimiento de Juan Ignacio Otero
El deportivismo está de luto tras el fallecimiento, esta madrugada, de Juan Ignacio Otero. El corazón de un mito del Deportivo dejó de latir a los 90 años, dejando atrás un gran legado y un ejemplo de cómo defender los colores del conjunto herculino.
Juan Ignacio Otero nos deja tras haber cosechado grandes éxitos con el equipo de su ciudad y su corazón, el Deportivo. Su lugar de nacimiento, el barrio de Hércules, era ya un preludio de lo que se avecinaba con un portero que pasó a la historia del club, entre otras cosas, tras relevar al gran Juan Acuña bajo los palos.
Después de comenzar a jugar en varios equipos de la ciudad, llegó al Juvenil de A Coruña a finales de la década de los 40 y fue ya en 1952, concretamente un 20 de abril, cuando se produjo su debut con el primero equipo. Fue en Riazor, ante el Valladolid, en un partido que terminé 3-3 y que Otero nunca olvidaría.
Su segunda gran pasión era la natación, pero tenía predilección por el fútbol y los guantes. Durante seis magníficas temporadas, Otero defendió la portería del Deportivo a capa y espada, convirtiéndose en un jugador contrastado, un pilar del vestuario que disfrutó de grandes victorias y conquistas, aunque también de momentos amargos, como un descenso a Segunda división.
Tras salir del Dépor, Otero continuo su carrera en el Real Betis y el Granada, cuatro años en cada club, antes de colgar los guantes y regresar a casa para poner en marcha su propio negocio.
La madrugada del 27 de julio, Juan Ignacio Otero falleció a los 90 años, dejando atrás grandes recuerdos entre los aficionados más veteranos del Dépor. Descanse en Paz.