El Deportivo se acoge a Riazor para evitar la catástrofe: el Celta B, otra vez posible verdugo del banquillo
El Deportivo sabe que atraviesa una situación delicada. Como un trapecista caminando sobre un fino hilo e intentando llegar a una meta final que, este domingo, tendrá su primera cita decisiva. Sin la continuidad de Óscar Cano asegurada y con la sensación de vivir un deja vú ante un Celta B que ya fue verdugo una vez hace dos temporadas, pero acogidos por el calor de un Riazor que volverá a estar lleno.
El partido a partido de Óscar Cano va a tener que quedar en pausa durante un fin de semana. Este domingo, en Riazor, más bien será un mata mata en el que los herculinos están obligados a vencer. Porque una derrota puede alejar al Alcorcón a ocho puntos con tiempo insuficiente para revertir la situación; porque Castilla, Celta B y Racing podrían ponerse por delante, y porque incluso el Córdoba (que juega en A Malata) puede acercarse y hacer peligrar el play off.
Pero nadie quiere hablar de la posibilidad de la derrota. Todo pasa por vencer el domingo, como dijo Antonio Couceiro en una entrevista en la que todavía no se cree que con los mejores delanteros de Primera Federación, al equipo le falte gol.
#ANOSAFORZA | Mañá superaremos as 7.000 entradas vendidas (6.931 até agora) para o #DéporCeltaB. Só quedan localidades de 4 das 8 bancadas do Estadio #ABANCARIAZOR.
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— RC Deportivo (@RCDeportivo) March 22, 2023
Pero para revertir la situación, el equipo blanquiazul se aboca al calor de su gente. A Riazor. Volverá a colgarse el cartel de 'no hay billetes' después de que el Dépor informase que este jueves se alcanzarán las 7.000 entradas vendidas, sumado a los 23.500 socios que cuentan con asiento asegurado. Se quiere volver a crear una atmósfera mágica para evitar la debacle ante el eterno rival. Y, en casa, el equipo de Óscar Cano es imbatible.
Solo una derrota como local esta temporada y fue ante el San Fernando (0-1) todavía con Borja Jiménez al frente del equipo. Con el técnico nazarí, el Deportivo no pierde en casa. Y este fin de semana su continuidad puede pasar por repetir cifras ante una afición que ya le ha señalado como culpable. Aunque, durante 90 minutos y como siempre, Riazor solo rugirá en favor de los suyos.
Celta B, otra vez verdugo del Deportivo
Jugar ante el Celta B es un partido trampa. Pase lo que pase el Dépor vuelve a perder. Porque por sexta vez deberá jugar ante el filial de su eterno rival. Todo lo que no sea ganar, será burla. Pero, además, una derrota puede dejar muy tocado el banquillo blanquiazul.
Una situación que ya se dio la primera vez que vigueses y coruñeses coincidieron en la extinta Segunda División B. Con Fernando Vázquez a la cabeza, la derrota ante el Celta B le dejó muy tocado y, apenas una jornada de liga después y dos partidos de Copa del Rey, el técnico de Castofeito fue despedido. Perder en casa ante el filial del eterno rival es un trago muy duro de pasar. Y más si la clasificación sigue alejándote del objetivo principal: el ascenso directo.