Óscar Cano esconde sus cartas ante la primera gran final del Deportivo

El Deportivo y Óscar Cano tienen una auténtica final este fin de semana ante el Celta de Vigo B. El filial celeste será verdugo de un banquillo cuya continuidad no está asegurada por Antonio Couceiro, presidente de la entidad, y que podría tambalearse de no ganar el fin de semana. Pero el técnico nazarí y la plantilla no piensan en más que sumar los tres puntos para revertir el mal momento y reengancharse a la pelea por el ascenso directo con el Alcorcón, a cinco puntos de distancia.

Semana clave para el futuro del Deportivo. Tal y como explicó Ian Mackay en sala de prensa, ahora empiezan los últimos 10 partidos, la recta final y decisiva en el campeonato. Entramos de lleno en los meses claves de la Primera Federación y Óscar Cano sabe que se juega mucho en la próxima jornada ante el Celta de Vigo B.

Porque una derrota podría ser catastrófica para el devenir de la temporada blanquiazul, pero una victoria les devolvería al buen camino tras dos puntos de los últimos nueve posibles y permitiría ver luz al final del túnel. Todo o nada en una liga que está súper igualada y en una carrera con Alcorcón, Racing, Castilla, Córdoba o el propio Celta B.

Óscar Cano esconde sus cartas ante la primera gran final del Deportivo

El técnico blanquiazul decretó dos entrenamientos a puerta cerrada. El del jueves, en concreto, el más importante para determinar el posible once del Deportivo. Aunque Lucas Pérez se quedó en casa por un proceso febril, los otros 10 jugadores que probará en Riazor podrían ser los elegidos para el partido ante el Celta B.

Sin Roberto Olabe, baja por sanción, solo existe una duda a solventar: mantener el habitual P-4-3-3 tan manido a lo largo del curso; o arriesgar y buscar una versión más ofensiva. Por eso, parece claro que la duda estará en si al donostiarra lo sustituye con otro mediocentro, Diego Villares; o con un extremo, Kike Saverio, para acercar a Mario Soriano a la mediapunta, dejando por detrás un doble pivote más marcado con Rubén Díez e Isi (o el de Samarugo, que podría volver a ser de la partido).

Óscar Cano tiene claro que la victoria pasa por volver a ser el equipo dominador que muchas veces ha demostrado ser en Riazor. Hacer del templo blanquiazul un fortín, arroparse con su gente y mostrar la autoridad de días como Badajoz o Unionistas. Alargar los buenos tramos de partido durante el encuentro entero, como el propio Ian Mackay explicó esta mañana.

"Siempre tenemos buenos tramos de 20 o 30 minutos, pero necesitamos que se conviertan en tramos de 90" - Ian Mackay sobre extender el buen nivel del equipo durante todo el partido