No escapa a ningún deportivista que la falta de acierto goleador es el principal problema del Dépor esta temporada. En el Martínez Valero se evidenció con esa triple ocasión que Matías Dituro repelió sobre la línea de gol. Iván Barbero, pese a ser el talismán del equipo herculino -con él como titular nunca han perdido- quedó señalado por disponer de varias ocasiones claras que no consiguió culminar de la mejor manera.
En estas nueve jornadas, Idiakez ha apostado principalmente por el delantero almeriense, aunque Mohamed Bouldini, uno de los fichajes estrella de este verano, también ha dispuesto de oportunidades partiendo de inicio y como 'revulsivo' desde el banquillo. Ninguno de los dos ha conseguido ver puerta, así que en ElDesmarque hemos recurrido a la herramienta de big data Driblab para analizar su impacto en el equipo cuando están en el terreno de juego.
Obedeciendo al big data, cuando Iván Barbero está en el campo, el Dépor remata más a puerta y los goles esperados (expected goals) aumentan de 0,79 a 0,96. Por tanto, el delantero almeriense aumenta la producción ofensiva del cuadro coruñés. Además, también crece el índice de asistencias esperadas de 0,71 respecto al 0,65.
Mohamed Bouldini llegó a A Coruña con la vitola de ser un cazagoles. Así lo evidenció en sus etapas en el Levante y en el Fuenlabrada, donde consiguió buenas cifras realizadoras sin tener un excesivo impacto en el juego.
En cambio, en los partidos que ha disputado en el Dépor no parece haber sacado a relucir esa faceta de su juego. De hecho, con él en el campo el equipo blanquiazul remata menos a puerta (2,60 remates frente a los 4,64 sin él) y es menos efectivo (0,81 goles esperados frente a los 0,91).
Además, su presencia en el terreno de juego condiciona al juego del Dépor, que es más vertical y tiene menos la posesión. Asimismo, el porcentaje de pases desciende ligeramente.