Unos aficionados de Países Bajos acaban detenidos y se sacan el móvil dentro del furgón policial para ver a su equipo
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Viajaron desde Utrecht para ver el partido en la fan zone
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Fueron detenido por su estado de embriaguez conduciendo un patinete
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El encuentro entre Países Bajos y Turquía dejó una historia en los aficionados holandeses. Se trata de Koen, Koen, Wouter y Robbie. Los cuatro viajaron a Berlín sin entrada para estar en la fan zone y vivir el partido con los seguidores de Países Bajos.
Pero todo se torcería debido a su estado de embriaguez. Algo que les llevaría a terminar viendo el partido en un sitio que no hubieran esperado.
De viajar a Berlín a ver el partido un furgón de la policía
Los cuatro habían viajado especialmente a Berlín para ver el partido de cuartos de final de la selección holandesa con otros seguidores holandeses en la zona de hinchas de la ciudad. Pero nada salió bien de aquel grupo de cuatro aficionados del pueblo de Kockengen, en Utrecht.
Su estado de embriaguez provocó que fueran detenidos. La policía los detuvo tras verles conduciendo diferentes patinetes eléctricos. Esto provocó que tuvieran que ver el partido entre su selección frente a Turquía en el furgón de la policía. El vídeo de los cuatro viendo el partido se ha hecho viral en redes.
Cuatro neerlandeses viendo el Países Bajos-Turquía desde una celda en Berlín tras ser detenidos en la previa del partido.
🎥 @roseofelysium en Reddit pic.twitter.com/aVTQr7YLKm
— Nahuel Miranda (@nahuelmirandada) July 7, 2024
La intrahistoria de los aficionados holandeses
El diario holandés AD, ha podido hablar con ellos para que contasen aquella experiencia: "Fue increíblemente divertido. Después, en realidad queríamos coger un taxi para volver a la plaza. Pero entonces vimos esos patinetes y pensamos: también podemos hacerlo. Y además podemos ver un poco de la ciudad".
Confiesan cómo fue el momento de la detención. "Estábamos casi en la zona de aficionados y, de hecho, sólo teníamos que aparcar los scooters, cuando uno de nosotros se estrelló finamente", dice Koen. Según la "víctima", no fue del todo culpa suya. "Había estado lloviendo, así que estaba resbaladizo".
Lo que ocurrió es que la caída se produjo justo delante de un policía alemán. "Ese policía se nos acercó inmediatamente y nos pidió que sopláramos". La prueba de alcoholemia demostró que los holandeses habían bebido demasiado (los patinetes eléctricos, como los coches, no se pueden conducir bajo los efectos del alcohol, ed.). "Al principio, pensamos que nos libraríamos con una advertencia o una multa elevada. Pero insistió en que fuéramos con él a comisaría para que nos hicieran un análisis de sangre", relató.