Los planes del Barça para la próxima temporada

Un fichaje en la delantera y otro en la defensa, esos son los planes de futuro del Barcelona después de ganar su vigésimo cuarta Liga, la sexta en los últimos diez años, y a la espera de lo que acontezca en la final de la Copa del Rey, acumula en su historial del curso dos trofeos más: la Supercopa de España y el Mundial de Clubes.

A pesar de habérsele escapado la oportunidad de reeditar la Liga de Campeones del año pasado, y a falta de la final de Copa, el Barça cierra una temporada muy exitosa que no invita en el club a llevar a cabo grandes cambios de cara al curso que viene.
Además, el club va a trabajar en la mejora de contrato de Sergio Busquets y en la renovación de Neymar Jr., mientras que sólo permitirá salidas de jugadores prescindibles, cerrando de esta forma cualquier especulación sobre la partida de alguna estrellas.
El tridente atacante (Messi, Suárez y Neymar) tendrá un tercer curso seguido el año que viene, igual que el que la junta considera el tridente del centro del campo (Rakitic, Busquets e Iniesta), cerrado por completo cualquier salida de algunos de estos seis jugadores, a no ser que algún equipo desee ejecutar alguna de las multimillonarias cláusulas que protegen huidas de cerebros. Algo parecido sucede entre los titulares de la defensa y los dos porteros.
Después de una ventana de invierno en la que sorprendentemente el Barcelona no pudo concretar ni un solo fichaje, a pesar de interés mostrado por el entrenador Luis Enrique Martínez por fichar al delantero Nolito (Celta), el equipo catalán no tendrá ninguna restricción interna para acudir al mercado y cumplir con las exigencias del cuerpo técnico.
Asimismo, la continuidad de Luis Enrique ni se discute en el Barça, que a partir de la temporada que viene tendrá que negociar la ampliación de contrato del asturiano, ya que su vínculo finalizará el 30 de junio del 2017, si es que el preparador azulgrana desea extender su compromiso con el club catalán, después de haber recalado la campaña anterior, precedente del Celta de Vigo.
Con la Liga ya en la vitrina y a la espera de lo que acontezca en Madrid en la final de la Copa del Rey contra el Sevilla, el futuro del Barcelona también adquiere importancia vital en la vertiente económica, dado que el club asume que un año podría estar sin patrocinador como mucho, pero desean cerrarlo cuanto antes, a un precio no inferior de 65 millones de euros por año.
Catar es el actual patrocinador de la camiseta, por la que paga unos 35 millones, y tiene derecho de tanteo hasta el final de temporada, fecha tras la cual el club seguirá negociando si aún no ha firmado con alguna empresa, pero sin la exigencia de tener que presentarle la oferta a los catarís.
Otro asunto entre manos es la obtención del patrocinador que brindará su nombre al campo del Barça, junto al de Camp Nou. El Barça contempla que el acuerdo supere los 200 millones de euros que en su momento fijó el club, y que el acuerdo se extienda entre quince y veinte años.
El tercer gran aspecto económico, al margen de la apertura el curso que viene de negociaciones para ampliar el contratado de Nike, que finaliza dentro de dos temporadas, es atacar la deuda que tiene el club, que se está situada cerca de los 320 millones de euros, cifra que imposibilita el inicio de las obras del Espai Barça, actuación arquitectónica y urbanística en la que está albergado la ampliación y mejora del Camp Nou.
Inicialmente, las obras deberán comenzar a mediados de la temporada que viene, ya en el 2017, y la promesa de la actual directiva, surgida de las elecciones del pasado año, es que la actuación arquitectónica no se pondría en marcha hasta que la deuda del club no esté por debajo de los 200 millones de euros.
De hecho, la junta directiva azulgrana está convencido de que a pesar de que se puede retrasar el inicio de las obras, esta deuda estarás más que controlada en breve, debido al plan de negocio que tiene establecido el club.
De esta forma, el Barcelona inicia a partir de la temporada que viene un reto mayúsculo como es el de afrontar una obra faraónica que durará cuatro años. Sobre el papel, está previsto que las grúas empiecen a trabajar en mayo de 2017 y se desmonten en febrero de 2021, lo que significará tres temporadas y media de incomodidades.