Un Conte discutido se encomienda a Eden Hazard

Un Chelsea-Barça en Champions siempre ha sido sinónimo de espectáculo y de igualdad extrema. Partidos y eliminatorias que se deciden por detalles, por momentos de lucidez de algún futbolista o destellos de calidad de otro. Y no parece que vaya a cambiar la dinámica en los dos siguientes.

Dos campeones midiéndose. Cara o cruz. Dos estilos contrapuestos exponiendo sus argumentos e intentando hacer daño a través de los pocos puntos débiles de su rival. Dos campeones en diferentes momentos de forma que competirán por seguir vivos en la mejor, y más exigente, competición de clubes.
Es cierto que los londinenses no llegan en su mejor momento. La cuesta de enero ha sido una realidad para el Chelsea, que sólo ganó tres partidos (uno en prórroga) de nueve entre Liga, FA Cup y Copa de la Liga. Siendo goleado desde que empezó el 2018 por equipos como el Watford y el Bournemouth. Se ha alejado aún más del título en la Premier y le va a costar asegurar su puesto para la próxima Champions.
Incluso se ha llegado a discutir la continuidad de Conte en el banquillo de Stamford Bridge por los malos resultados y por el bajón del equipo con respecto al curso pasado. Algo que no ha sentado muy bien al de Lecce: "Hay dos maneras de actuar. Hay una forma estúpida y una forma inteligente. Esta es mi opción. Al mismo tiempo tengo que decir que siento un gran respeto por cada opción. Si el club decide mandarme lejos es porque no están contentos con mi trabajo".
El italiano tiene bastante definido su sistema de juego, en el que los tres centrales son inamovibles. Christensen y Azpilicueta parecen fijos, pero el puesto de central zurdo se lo disputarán entre Rudiger y Cahill. La colocación de su equipo sobre el campo suele ser un 3-4-2-1 con Hazard y Pedro o Willian por detrás del delantero (Morata o Giroud) o con el belga actuando de falso '9'. Pero también ha dispuesto en ocasiones un 3-5-2 con Hazard acompañando al delantero y un centro del campo más poblado y compacto.
Basa su juego ofensivo en la creatividad de Hazard y en las transiciones rápidas aprovechando la velocidad de sus costados. Tanto Moses por la derecha como Marcos Alonso por la izquierda son dos puñales que participan casi en la totalidad de las jugadas de ataque. Ambos tienen dos sustitutos de plena garantía: Zapaccosta y el recién fichado Emerson Palmieri. Más allá de su fortaleza en el medio y de su salida veloz, el Chelsea, por lo general, es un equipo que defiende bien (normalmente por acumulación) y al que es complicado hacerle un gol.
Pero si hay algo que temer de este equipo, es exactamente a su número 10. Todo lo que produce cuando mira a la portería contraria es cosa de Eden Hazard. El belga anda en un estado de forma muy alto, con la confianza por las nubes y, además, llega en racha: seis goles en los últimos seis partidos. Se está echando todo el juego ofensivo a la espalda y Conte no pone impedimentos a ello. Se mueve con libertad entre los mediocentros y los centrales rivales y es ahí donde crea peligro con un último pase, tirando paredes o regateando. Es evidente que el Barça tendrá que extremar precauciones en una zona en la que Busquets puede ser más determinante que nunca.
No estamos ante el mejor Chelsea, pero no hay que olvidarse que estamos hablando del vigente campeón de la Premier, de un grande de Europa y, sobre todo, de un equipo con el gen competitivo de su entrenador, Antonio Conte. Los blues esperarán al fallo del Barça para asestar el golpe y volver a replegar, intentando explotar sus virtudes y esconder sus defectos, aquellos que le han dejado fuera de la lucha por la Premier a mitad de temporada.