El desgaste, la gran amenaza de Valverde
Si Ernesto Valverde cumple los plazos que estipula el nuevo contrato que firmó este viernes, estará cuatro temporadas como entrenador del Barcelona y se marchará el 30 de junio de 2021, cuando concluirá también el mandato del actual presidente del club, Josep Maria Bartomeu.
Entonces habrá completado los cuatro años que aguantó Pep Guardiola en el banquillo azulgrana, después de ganar catorce títulos y reconocer que ya no tenía la misma ascendencia en el vestuario. "Me marcho porque, si me quedo, nos haremos daño", admitió el día de su despedida.
Luis Enrique Martínez aún duró una temporada menos que Pep: tres cursos en los que sus jugadores levantaron nueve títulos. Valverde lleva tres (Liga, Copa del Rey y Supercopa de España) en año y medio.
El actual inquilino del banquillo del Barça sabe, no obstante, que la estabilidad de un técnico no la dan los contratos, sino los resultados porque, si no se gana, lo demás es papel mojado.
"Las intención del club y del entrenador cuando firman un contrato siempre es la mejor. Pero al final todos sabemos cómo es el fútbol y que todo esta marcado por los resultados. Para durar estos cuatros años estamos obligados a ganar, a conseguir títulos, porque esa es la única manera de poder seguir en un gran club", reconoció esta tarde en rueda de prensa.
El Barça eligió este viernes un breve comunicado a las 9 de la mañana para anunciar la renovación exprés de Valverde, rubricada en el palco del Camp Nou una hora y cuarto después, con una fotografía en la que el técnico, el presidente Bartomeu y el vicepresidente Jordi Mestre se daban la mano.
El 'Txingurri' participó este jueves en el acto de entrega del cheque, por valor de 47.575 euros, a la ONG Proactiva Open Arms, que se recaudaron por la venta del libro 'Relatos Solidarios del Deporte', una iniciativa impulsada por periodistas deportivos que ha alcanzado su decimocuarta edición. Se sabía renovado, pero no dijo ni mu.
Y este viernes sí, porque ya no tenía más remedio, aprovechó la previa del partido de Liga contra el Valladolid para valorar su continuidad en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Así, sin más, sin actos protocolarios ni convocatoria con escenario especial. Otro día en la oficina para alguien que no le gusta sacar pecho ni acaparar el protagonismo. Y es que, tal como reconoció Valverde, su renovación se ha dado "de una forma natural".
"Ya dije que la sintonía que tenía con el club era buena y que me sentía muy cómodo con los jugadores. El Barcelona me lo propuso hace tiempo y nos dimos un margen para madurarlo todo. La decisión ha sido sencilla para mí", afirmó Valverde, quien reconoció que anunciar ahora su renovación contribuirá a la "estabilidad" del equipo, que afronta el tramo decisivo del curso.
Ernesto Valverde tiene razón, la sintonía con jugadores y directivos es total. La plantilla lo respeta y la secretaría técnica valora su sentido común y su capacidad para aceptar los fichajes estratégicos que está haciendo el club sin pedir grandes cosas a cambio.
Ahora, el 'Txingurri' sabe el tiempo que le queda para marcar una época en el Barça. De que la pelota entre depende que al final pueda estar cuatro años, igual que Guardiola.