Griezmann y el espejismo de San Mamés

Antoine Griezmann, delantero francés del FC Barcelona, ha sido uno de los principales señalados del empate de su equipo ante Osasuna (2-2) en el Estadio El Sadar.

Y es que el francés pasaría por el encuentro totalmente inadvertido. Justo en un momento en el que la parroquia culé volvía a ilusionarse con él tras su gran exhibición hace justo una semana ante el Real Betis. Un choque en el que conseguiría anotar un doblete y repartir una asistencia a Arturo Vidal para destrozar a la defensa bética.

Hasta tal punto que el propio Valverde se deshacía en elogios hacia su persona justo después: "Griezmann ha respondido con garantías, metido desde el primer minuto. Tiene un gran desmarque. Hoy era un día importante para él".

Pero en El Sadar todo cambió para el francés. Ante Osasuna, se volvía a ver a un Griezmann tímido, poco participativo y con un rendimiento escaso. Unos registros que recuerdan a los de su debut con la camiseta azulgrana ante el Athletic en San Mamés. Ante el cuadro vasco Valverde también colocaba a Griezmann como delantero centro,tras la lesión de Luis Suárez, y su partido acabó siendo fantasmagórico. El francés no participó prácticamente nada en el juego del Barcelona, aunque tuvo un par de ocasiones en el tramo final.

En El Sadar no solo rozó su peor partido como jugador del Barça si no que también completaba su encuentro en el que menos intervino de todos los disputados desde que aterrizase en LaLiga Santander, según desvela el diario 'MARCA'.

Como saca a la luz esta información, el galo tan sólo tuvo contacto con el balón en 30 ocasiones. Las mismas que acumuló en un partido de 2015 ante el Granada, en su anterior etapa como jugador del Atlético de Madrid. Nunca antes había participado tan poco en un partido de La Liga Santander.