El FC Barcelona (casi) nunca paga la cuenta
El que perdona, la paga. Y el FC Barcelona, casi nunca, paga la cuenta. El equipo de Ernesto Valverde solucionó una difícil papeleta ante el Sevilla FC como mejor sabe: sin un fútbol brillante pero con un acierto de equipo campeón.
Arrancó el Sevilla dominador, con una presión altísima y un alto porcentaje para adelantarse en el marcador. Los halagos eran cientos y la opinión popular se recreaba en todas y cada una de las acciones de los hombres de Lopetegui.
El balón se paseaba por el área azulgrana, Ter Stegen sacaba manos donde parecía imposible llegar y el miedo se instalaba en el banquillo azulgrana. En el otro lado, mientras tanto, sonreían Messi y Suárez. Como si nada pasase.
De Jong, el sevillista, tuvo dos clarísimas, pero perdonó. Y acabó pagando la cuenta (que además sería bastante alta). No había llegado a la media hora el encuentro y apareció Luis Suárez: chilena preciosa y el primero en el marcador.
El conjunto azulgrana cogió carrerilla: cinco minutos después puso el segundo Arturo Vidal y dos después, antes del 37', Dembélé sentenciaba el encuentro. La cuenta de la noche, para Julen Lopetegui.
⏰ 85 segundos
👥 11 jugadores
👟 25 pases⬇⬇⬇
⚽ ¡Gol de @kingarturo23! 🔥 pic.twitter.com/zO53xnYmW5
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) October 6, 2019
La cuchara golpea; el tenedor del Barcelona siempre pincha
La principal diferencia entre el FC Barcelona y el Sevilla, evidente en el resultado, no fue otra que la efectividad. El equipo de Julen Lopetegui llegó como cuchara: golpeó, golpeó, volvió a golpear. Pero nunca pinchó, nunca cortó. Y en el otro lado no se cansaron.
Tras el paso por vestuarios el Sevilla insistió en dañar a la zaga azulgrana, pero parecía imposible que acertasen. Mientras tanto, la historia culé en la otra portería ya lo saben, se escribió sola.